Claves para enfrentar el "me da lo mismo" de los jóvenes con la política y las elecciones

SANTIAGO.- El sistema democrático en Chile corre un grave riesgo de participación. Así de categórico es el director de Adimark, Roberto Méndez, al analizar los resultados de la encuesta "Juventud y política" que dio a conocer el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) esta semana.

Que un 73% de los consultados no sepa el nombre ni siquiera de cinco de los 120 diputados. O que, a pesar de la inscripción automática, el 45% admitiera que no votará en las elecciones municipales de octubre, para Méndez no hace más que confirmar lo que ya habían señalado sus propias encuestas respecto del alto rechazo de los ciudadanos hacia las coaliciones, los partidos y candidatos a distintos cargos.

Méndez "sospecha" que si la misma encuesta del Injuv se hubiese aplicado a los adultos, el resultado habría sido muy parecido: poco entusiasmo por votar en todos los grupos etáreos.

En esa línea, el director del Injuv, Luis Felipe San Martín, agrega que es injusto apuntar sólo a los menores de 30 años o a las pocas horas de educación cívica en los colegios. "Si hay jóvenes con bajo nivel de conocimiento (sobre el sistema político nacional) significa que en las casas tampoco se habla de estos temas", dice.

"Al parecer hoy no se entiende que realizar las transformaciones que se demandan en las calles requiere de políticas complejas, en donde los representantes ciudadanos, sean alcaldes, diputados o senadores, juegan un rol fundamental.  A esto se suman partidos políticos (y sus militantes) severamente cuestionados, lo que ha conducido a un desprestigio de la actividad política", señala Manuel Sepúlveda, sociólogo e integrante del satff de Educación 2020.

Frente a este sombrío panorama, la solución no es mágica. La baja participación "es un serio peligro para la estructura democrática del país", advierte Sepúlveda. "Si bien es cierto cambiar esta situación pasa por reformas profundas a nuestra Constitución y con ello al sistema electoral, es urgente establecer medidas que fomenten la participación y revaloricen la actividad política".

¿Qué hacer?

"A los jóvenes se les deben exigir un conocimiento en las pruebas de ingreso a la universidad. Deberían saber cómo es el proceso de elección del Presidente o cuántos diputados los representan en sus distritos. No hablo de nombres, si no de conocimientos que perduran en el tiempo, conocimientos estructurales", propone el director del Injuv, enfatizando que esto es un proceso largo que no se resuelve con dos o tres iniciativas.

Para vincular a la clase política con los sub 30, San Martín repondría el parlamento juvenil que alguna vez existió. También replicar dentro de las escuelas mecanismos de decisión parecidos a los de las elecciones reales: una persona, un voto, el cual debe ser secreto, intransferible e informado. "No hay ninguna autoridad en Chile que se elija por medio de una asamblea, como ocurre hoy con los estudiantes", sostiene San Martín.

Para el director del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis), Claudio Storm, "los países fracasan cuando los jóvenes se desentienden de la política. Si solo se preocupan de su interés personal, pequeños grupos minoritarios pueden tomar posiciones de autoridad que no serán representativas del interés nacional".

Ante ello, sostiene que es necesaria una mayor participación de jóvenes en la solución de los problemas sociales. "La participación en actividades de voluntariado, aún es insuficiente. Se debe incentivar, desde edades tempranas, el contacto con la realidad de mayor vulnerabilidad social.  De esta forma, cuando los jóvenes participan de las soluciones a problemas que afectan a todos, se valora más la actividad pública y legitima la política".

"Para esto –agrega- es necesario que existan fondos públicos que financien emprendimientos sociales".

"El mundo del Sí y el No se terminó"

Sepúlveda también cree que a corto plazo son necesarias campañas de incentivo al voto en donde se expliquen las labores de los cargos representativos y, con ello, se entienda la importancia de su elección. "Realizar campañas a los actuales votantes e incluir estos contenidos en las mallas curriculares de todos los colegios ayudaría a reposicionar una actividad fundamental".

En tanto, Roberto Méndez emplaza a la clase política a sumir la realidad. "El mundo del Sí y el No se terminó. La gente se cansó de elegir entre dos alternativas". Junto con consolidar el consenso que hay en torno a terminar el binominal, "porque deslegitima el proceso electoral", dice que también es primordial aumentar la oferta de alternativas a elegir en las urnas.

"Los políticos -acota- deben insistir en reencantar a la gente con la política y motivar que haya más opciones entre las cuales las personas puedan elegir. Para las municipales ya no se puede hacer mucho. Pero para las parlamentarias y presidenciales del próximo año, se requiere que haya muchos candidatos para que todos se sientan representados".

Lo otro, señala, es corregir un error histórico. "Con el voto voluntario corremos un grave riesgo de que no sólo no aumente sino que incluso disminuya la participación. Volver a tener voto obligatorio es algo que vamos a tener que enfrentar y considerar", finaliza Méndez.