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La confesión de un hombre que maltrataba a su mujer

Juan Carlos Escalante fue víctima de violencia durante su infancia y por 15 años la ejerció contra su esposa. Hoy, tras egresar de un programa de reeducación del Sernam, cuenta su crudo testimonio.

06 de Julio de 2013 | 14:04 | Por Eric Ulloa Morales, Emol

SANTIAGO.- Fue en una fiesta en Valparaíso donde conoció a la madre de sus tres hijos. Ambos tenían 22 años y el flechazo que los cruzó los llevó ocho meses después al altar. Durante 12 años fueron arrendatarios, para luego trasladarse a su casa propia en Viña del Mar.


"Ahí explotó todo", dice Juan Carlos Escalante, retrocediendo hasta una etapa marcada por la violencia intrafamiliar, que lo tuvo como protagonista de "insultos y zamarreos" durante los últimos años de su matrimonio.


"A los seis años de casados tuvimos la primera crisis, pero la superamos. Pero después, al cambiarnos de casa, todo se enturbió. La convivencia se hizo nula. Eran peleas recurrentes. Partían por lo psicológico, pero derivaban en ira y rabia, que hacían todo incontrolable", recuerda.


Y aunque indica que "uno no nace queriendo agredir a alguien", confiesa que en su relación "era tanta la impotencia que las peleas inevitablemente derivaban en violencia física y verbal. Una vez ella me lanzó un jarro y me corté la mano (…). En otra, en medio de un problema muy fuerte, ella quiso salir y la tomé de un pie con fuerza. Había empujones".


"Me estaba siendo infiel"


"Al final, la infidelidad fue lo que terminó por hundir el matrimonio y hacer insoportable la situación (…). Ese proceso del celo y la desconfianza es terrible", afirma, consciente de que ésta es una de las mayores causales de violencia intrafamiliar y femicidio, que en lo que va de 2013 se elevan a 23, según el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam).


Pese a los reiterados conflictos, Escalante sostiene que fue un episodio clave el que llevó las agresiones a otro nivel.


"Hubo una pelea que superó todos los límites al punto que llegaron carabineros", cuenta. Pero de inmediato asegura que su mujer mintió y que él terminó echándose la culpa "para que me llevaran al programa que puso el juzgado".


Y así fue. En septiembre de 2012 ingresó al centro para Hombres que Ejercen Violencia de Pareja (HEVPA) de Valparaíso (ver recuadro), donde durante nueve meses estuvo en terapia de reeducación.


Sombras de la infancia


Escalante es el cuarto de cinco hermanos y su infancia estuvo marcada desde los 3 años por un padre alcohólico, "que le pegaba patadas en la cara a mi mamá y a nosotros. A mí me quebró la nariz y nos dejaba con hemorragias".


Fallecido su progenitor a causa de una cirrosis, terminó para él y su familia una etapa de abusos que, de acuerdo a estudios oficiales, es uno de los principales antecedentes que cruzan los casos de violencia intrafamiliar.


Así, quienes han ejercido violencia contra sus parejas normalmente provienen de ambientes similares. Pese a ello, Escalante no cree que la agresividad a la que estuvo expuesto cuando niño haya influido en su matrimonio. "Nunca me persiguió. Tampoco nunca pensé en llegar a matarla", afirma este trabajador con tres hijos, dos de los cuales viven con su esposa, de quien está separado de hecho hace tres años.


"Trataba de que ellos, en las peleas, no se metieran. Pero les afectaba mucho. Uno no piensa, se actúa y no piensa en quien tiene al lado. Le pasó al de 25 y al de 10, sobre todo éste lo pasó mal, muy mal. El de 26 tampoco estaba bien de tanta pelea, grito y descalificación", comenta.


Escalante dice que cada vez que puede "les hablo sobre lo que vivimos con su madre y les digo que tomen esto como algo negativo. Esto es un aprendizaje".

Hombres por una vida sin violencia

El año pasado, el Sernam inició un modelo de intervención con hombres que ejercen violencia hacia sus parejas o ex cónyuges.

La atención está destinada a varones mayores de 18 años, los cuales llegan por voluntad propia o derivados desde el sistema judicial, y tiene por objeto que asuman su responsabilidad por las agresiones, renuncien a ella y comiencen un proceso de cambio de sus roles y actitudes en la vida íntima y familiar.

Existen 15 centros para HEVPA (Hombres que Ejercen Violencia de Pareja), uno en cada región del país, donde finalmente el fondo del programa es proteger a las mujeres víctimas y evitar cualquier opción de reincidencia de sus agresores.

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