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Sebastián Piñera ya piensa en el fin de su gobierno: "Me voy más humilde"

Reconoce que en estos años ha llorado, que su mujer es su más dura crítica, que los ataques de su hermano José son "un dolor asumido" y sobre la reelección afirma que "me tinca que uno echa de menos lo que no tiene".

21 de Septiembre de 2013 | 08:52 | Emol
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El Presidente Sebastián Piñera asegura que ''me cuesta expresar las emociones, no es que no las tenga''.

AFP
SANTIAGO.- A seis meses de dejar su cargo de Presidente de la República, Sebastián Piñera entregó un análisis algo más íntimo de sus años como Mandatario.

En entrevista con la Revista Sábado del El Mercurio, Piñera reconoce que durante su período "he ganado canas, arrugas, pero siento que he ganado en comprensión, en sabiduría".

Asegura que tras dejar La Moneda se va "más humilde. Uno con los años se va poniendo más humilde".

Dice que se siente un agradecido de Dios y "de la familia que hemos podido formar con mi mujer, que ha sido una compañera en todos los ámbitos de mi vida. A veces es muy severa, como le digo yo, más severa incluso que Carlos Larraín (Presidente de Renovación Nacional)... A veces me critica con mucha dureza y yo le digo, cuando llego a la casa: 'Mira, Cecilia, lo-ú-ni-co que quiero es un minuto de paz. Así que mañana te recibo en la mañana..."

Sobre las duros ataques que ha recibido de parte de su hermano José, el Presidente señala que "si pudiera decirle algo, sería: 'Déjame pasar una'. Pero mire, es un dolor asumido... cuando lo leo o cuando lo escucho. El resto de la familia somos muy unidos, achoclonados".

Cuenta que en estos años como Mandatario ha llorado. "No sé si con lágrimas hacia afuera, pero sí hacia adentro. Muchas veces. A mí me cuesta expresar las emociones, no es que no las tenga".

Consultado por una posible reelección a la presidencia, dijo que "de repente pienso, ¿y qué les pasaba a los Presidentes cuando ya no están en La Moneda? ¿Por qué Lagos quiso volver, Frei quiso volver, la Michelle Bachelet quiere volver? Me tinca que a uno le pasa que echa de menos lo que no tiene".

Y agrega: "Cuando está adentro añora el día que pueda irse a viajar a Europa sin que nadie lo critique, lo vigile, o irse a un paseo de amigos o irse a un partido de fútbol, y cuando está afuera lo único que añora es cuando tenía la capacidad de tomar decisiones y dirigir un país".  
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