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Santiago: Sábado 20 de abril del 2024 | Actualizado 08:52
SANTIAGO.- Tras dos meses de juicio en su contra, el sacerdote John O'Reilly decidió no hablar hoy ante el tribunal, a la espera de conocer el veredicto que mañana a las 11:00 horas dará a conocer el Tercer Tribunal Oral en lo Penal.
En dicha instancia los sentenciadores se pronunciarán respecto a la culpabilidad o inocencia del religioso de los Legionarios de Cristo, a quien la Fiscalía Oriente acusó de haber abusado sexualmente de dos hermanas, ex alumnas del Colegio Cumbres.
En la audiencia de esta jornada, las partes expusieron las réplicas luego de los alegatos de clausura que se llevaron a cabo ayer en el tribunal y donde los intervinientes defendieron la hipótesis que expusieron durante el proceso a los jueces.
Al término, el defensor del religioso, Luis Hermosilla, reafirmó que la investigación que llevó a cabo el Ministerio Púbico se hizo de manera sesgada, enfatizando que lo único que intenta es confirmar los hechos que se plantea la Fiscalía desde el comienzo, luego de la denuncia presentada ante el ente persecutor en julio de 2012.
"Escuchamos relatos que están contaminados, que no tienen ningún valor y que son producto de la sugestión", agregó, agregando que no existe ningún elemento que pueda corroborar lo que expuso el Ministerio Público en su acusación.
"No se puede dictar una sentencia sobre la base de una creencia, las sentencias se dictan sobre la base de razones", continuó, recalcando que los acusadores no pudieron obtener ningún antecedente que pudiera probar que lo que plantean es real.
"Son víctimas esas hermanas porque están viviendo como real algo que no ocurrió y es víctima también John O'Reilly, quien ha sido acusado falsamente, como ha ocurrido mucho en el último tiempo en particular en actuaciones de la Fiscalía de Las Condes", dijo Hermosilla.
Por su parte, el querellante José Ignacio Escobar, destacó el trabajo del Ministerio Público, agregando que los relatos de las menores fueron contundentes para acreditar la existencia de los delitos y la participación del sacerdote en los mismos.
Asimismo, se refirió al silencio que el cura decidió mantener durante el proceso en su contra, aseverando que "echamos de menos la palabra de él, de haber podido contrainterrogarlo y haber conocido su versión".
