Pinochetistas vivieron con fervor el adiós a su prócer

SANTIAGO.- No dejaron de acompañarlo en su cumpleaños número 91. Tampoco lo hicieron en el primer infarto al miocardio que lo llevó al Hospital Militar. En la despedida final del ex general Augusto Pinochet, entonces, sus incondicionales seguidores no podían faltar.

Temprano comenzaron a llegar los adherentes del ex gobernante hasta el exterior de la Escuela Militar. Ya antes de las 09:00 horas la fila de personas recorría gran parte del perímetro del recinto, desde la entrada de Los Militares hasta Presidente Riesco. Sin moverse del lugar que ya habían ganado, observaron atentamente qué personalidades iban haciendo su ingreso, tanto en automóvil como caminando.

Fueron estos últimos los que se llevaron los mayores aplausos, entre los que estuvieron los senadores Baldo Prokurica y Sergio Romero (RN), el economista Cristián Larroulet, y el comentarista de televisión y ex ministro de Mideplan del gobierno de Pinochet, Sergio Melnick, a quien algunas adherentes calificaban como "valiente".

La otra cara de la moneda la vivían los periodistas, sin dudas la presencia que menos agradaba a los seguidores del fallecido general. Los hostigamientos fueron constantes, y sin importar el medio para el cual trabajaran, el calificativo para todos era el mismo: "mentirosos".

Una despedida y una proclamación

Durante el desarrollo de la ceremonia religiosa, el objetivo de los presentes comenzaba a cumplirse: la entrada principal de la Escuela Militar era abierta, por lo que rápidamente el público —que, se estima, llegó a unos 7 mil— comenzaba a tomar sus posiciones en el Patio de Honor, para presenciar los homenajes que el Ejército rendiría a Pinochet. En espera del término de la eucaristía, muchos buscaron protegerse del abrasante sol bajo alguna sombra, el bien más escaso en el patio central del recinto. Principalmente en personas de la tercera edad se registraron, incluso, algunos desmayos.

Usted es una ofensa

La calma inicial de los presentes tras el ingreso al recinto, pronto dio paso a nuevos vítores al ex general y a gritos en contra de la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot. "Ministra de Defensa, usted es una ofensa", fue lo más suave que le dirigieron.

Claro que, al final, no sería ella la que se llevaría las mayores pifias. El Comandante en Jefe del Ejército, Óscar Izurieta, encontró también una fuerte oposición, tras lo reacio que fue durante su discurso a mencionar la palabra que la audiencia exigía: "Presidente". El militar les dio en el gusto sólo una vez, por lo que se ganó apelativos como "cobarde" y "traidor".

Para el final quedaron las mayores muestras de emoción, con el paso del féretro por el Patio de Honor, lo que fue registrado por centenares de cámaras digitales y teléfonos celulares. Dentro de los observadores, figuraba también un reducido grupo de jóvenes sub-20, identificados como "Frente Nacionalista Patria y Libertad".

Luego, comenzaría el lento desalojo del recinto, con una breve parada en Avenida Américo Vespucio para enfrentar por última vez a un par de sujetos que pasaron burlándose, a la prensa —los periodistas de Chilevisión y de TVN fueron el blanco predilecto— y también para proclamar a su candidato presidencial: el diputado UDI Iván Moreira, quien durante algunos segundos tuvo un verdadero mitin en su honor. "Es una reacción espontánea de la gente", dijo el parlamentario. El mismo tipo de reacción con que sostenidamente, desde el domingo a las 14:15 horas, los adherentes a Pinochet han despedido a su fallecido general.