NUEVA YORK.- Cuando Martin Cooper inventó el teléfono celular hace 35 años, imaginó un mundo en el que el ser humano estaría tan estrechamente ligado a las conexiones inalámbricas, que caminaría con un aparato insertado en su cuerpo.
Sin embargo, pese a que los teléfonos han recorrido un largo camino desde que el ex investigador de Motorola hizo su primer llamado inalámbrico, desde una transitada calle de Nueva York en abril de 1973, Cooper asegura que la industria no ha cumplido con sus expectativas.
“Nuestro sueño era que algún día nadie hablara con un fijo. Todos hablarían con un teléfono inalámbrico", dijo el ingeniero electrónico de 79 años, a Reuters.
Cooper asegura que estaba tan entusiasmado después de hacer su primera llamada desde un móvil, que le gustaba bromear con que los números telefónicos se volverían tan importantes que “cuando nacieras tendrías un número de teléfono y si no respondías, morirías”.
“La idea es que el número de teléfono sea parte de ti”, asegura Cooper, quien además espera el día en que sólo pensar en llamar a una persona en particular, el teléfono marque automáticamente.
Pese a la popularidad de los teléfonos móviles, con más de 3.000 millones de propietarios en comparación a los 300.000 de 1984, el ingeniero cree que hay mucho más espacio para el desarrollo de la tecnología inalámbrica y que va desde la salud hasta la energía: “35 años después, finalmente hemos asumido la idea de que la gente quiere tener la libertad de comunicarse cuando está en movimiento, pero desgraciadamente sólo lo hemos logrado en lo que respecta a la voz”.
¿Ciencia ficción?
En aproximadamente 15 o 20 años, espera que las personas tengan insertados aparatos en el cuerpo que ayudan a diagnosticar y curar enfermedades. “Sólo piensen en lo que sería el mundo si pudiéramos medir las características de tu cuerpo cuando se está enfermo y eso se transmite directamente a un doctor o a un computador”, dice Cooper. “Podrías ser diagnosticado y curado de inmediato e inalámbricamente”.
Los aparatos insertados en el cuerpo ayudarían a resolver el problema de la batería móvil, que ha avanzando un largo camino en las últimas tres décadas pero que aún causa frustraciones debido a que la cada vez mayor complejidad de los aparatos, hace que éstos requieran más energía.
“Aquí tienes este maravilloso aparato proveedor de energía llamado cuerpo humano, que está generando energía todo el tiempo ¿No sería maravilloso tener estos dispositivos en tu cuerpo y alimentados por el cuerpo?”.
El inventor del móvil es hoy presidente de ArrayComm, una compañía que fundó en 1992. Reconoce que hay obstáculos en su visión de aparatos incorporados al cuerpo: “No es realmente la tecnología, es la gente. Las personas son realmente conservadoras”.