SANTIAGO.- Después de cuatro años de una terrible experiencia, Julie Amero, una profesora estadounidense ha terminado finalmente el proceso judicial gracias a un acuerdo que la obliga a pagar 100 dólares de multa y a revocar sus licencias de educadora.
Según relata la página ArsTechnica, todo esto sucede luego que en 2004, mientras hacía una clase como profesora de inglés sustituta en una escuela de Norwich, navegaba dentro de la sala buscando páginas de peinados. Lo que encontró en vez de eso, fue una serie de “pop-up” de contenido sexual y pornográfico, los que rápidamente llamaron la atención de los estudiantes de séptimo grado.
Confundida, no apagó de inmediato el computador por las advertencias que le hacían los mismos alumnos, y tampoco pudo desconectar el monitor. Luego de buscar ayuda en otros profesores, la comunidad escolar se enteró y fue acusada de cargos de poner en riesgo la moral de menores.
Durante el juicio, técnicos que pudieron examinar el computador propiedad del colegio, concluyeron que Amero había estado visitando sitios pornográficos.
Pero al enterarse del jucio, Alex Eckelberry, cabeza de una firma de seguridad computacional basada en Florida, Estados Unidos, creyó que no era del todo correcto. Personalmente, explicó a ArsTechnica que se puso en contacto con uno de los forenses que testificó en el juicio, y después de varias discusiones y de haber obtenido cierta información, llegó a una conclusión completamente contraria a la “oficial”, la que hizo pública a través de su sitio web.
Ahí explicó que el programa de antivirus del computador había caducado, y que un “spyware” se había instalado en el aparato.
Luego, los investigadores también concluyeron que el oficial Mark Lounsbury, que había testificado en contra de la profesora en el juicio, había explicado mal a los jurados ciertas cosas. Por ejemplo, sugirió que sólo los sitios que un usuario ha visitado directamente –y no aquellos a los que se llega a través de un link que redirige a otro sitio- son los que dejan una huella en la memoria temporal del computador.
Además, Lounsbury explicó que no había evidencia de que el sistema haya estado a merced de “pop-ups” incontrolables, pero el equipo de Eckelberry encontró muchos.
Esta nueva evidencia fue la que permitió que la pena contra Amero haya sido anulada para hacer un nuevo juicio. Pero en vista del deplorable estado de salud de la profesora, se prefirió llegar a un acuerdo.
Eckelberry lanzó “The Julie Group”, un grupo de personas cercanas a la tecnología que pretenden ayudar en casos donde la confusión sobre el funcionamiento de las computadores pone en riesgo la aplicación correcta de la ley.
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