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Piden acción conjunta en cumbre mundial de derechos de autor

La SCD presente en esta reunión, cree que las medidas anglosajonas que se quieren implementar en Chile no son adecuadas.

10 de Junio de 2009 | 14:03 | Agencias

WASHINGTON.- Por estos días se realiza en Washington la segunda cumbre mundial de derechos de autor, donde uno de los principales temas es el tratamiento de los documentos protegidos en Internet, que generan la famosa "piratería" a través de este medio.


La cumbre comenzó el martes con llamados a medidas más duras y una mayor cooperación internacional para luchar precisamente contra la piratería en Internet.

"En esta época de agitación económica, debemos asegurarnos que todos los trabajos protegidos, aquí y en el extranjero, estén resguardados del robo en Internet y la piratería física tradicional", dijo el senador estadounidense Orrin Hatch.

"Atrozmente, muchas personas creen que si lo encuentran en Internet entonces debe ser gratuito", dijo Hatch, miembro del Comité judicial del Senado, a 500 delegados de más de 55 países que acudieron a la cumbre de dos días.

Hatch también elogió la ley francesa que hoy miércoles fue censurada, según la cual quienes descargan música o películas ilegalmente reciben primero una advertencia por correo electrónico, luego una carta y finalmente pierden su cuenta de internet hasta por un año, si son atrapados por tercera vez.


El problema del "copyright"

Eduardo “Teddy” Bautista, presidente del consejo de dirección de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de España, defendió en declaraciones a Efe esa vía punitiva que, en su opinión, debe ir acompañada de una campaña de concienciación ciudadana.

"El gran tema de esta conferencia es que los contenidos culturales son un elemento clave en la construcción de la sociedad del conocimiento, pero no a costa de que los que los desarrollan se queden sin una participación en el negocio”, indicó Bautista.

Guillermo Ocampo, director de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC), lamentó, por su parte, el que los legisladores argentinos se resisten a implementar medidas para proteger a los autores que ven como “antipopulares”.
Eso, dijo, hace difícil “combatir un problema que sigue creciendo”.

Para Ocampo, la solución podría pasar por “alguna alternativa legal” para que los proveedores de servicios de Internet respondan por los derechos de autor que se ven afectados por el uso ilícito de los servicios que ellos ofrecen.

Patrick Rackow, presidente de la Academia Británica de Compositores, que agrupa a más de 2.000 artistas, reconoció que se trata de una batalla difícil de librar.

"Mucha gente asocia el copyright con los grandes intereses corporativos y por tanto no les gusta,” dijo Rackow, quien indicó que los usuarios concluyen que no importa si hacen copias, porque lo que hay detrás son grandes empresas.

En su opinión es necesario identificar los derechos de autor con los creadores mediante el lanzamiento de campañas publicitarias con artistas jóvenes que dejen claro que su futuro depende de los ingresos de las ventas de sus obras.

Robin Gibb, ex miembro del legendario grupo musical Bee Gees, cree que el derecho de autor es “un derecho moral”.

"Cuando yo y mis hermanos empezamos no pensábamos en el dinero, pero aun así si tú has creado algo te pertenece y mereces que te paguen por ello. No es un regalo,” dijo a Efe Gibb.

Subrayó que en Europa las cosas avanzan en esa dirección, pero no en Estados Unidos, donde las leyes no benefician necesariamente a los autores.

¿Ley anglosajona en Chile?


Alejandro Guarello, presidente de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD), lamentó que en su país exista una presión creciente para imitar la legislación estadounidense.

Para el representante de la SCD, uno de los problemas de Estados Unidos es que “no se reconoce necesariamente al creador”.

"Se reconoce al titular del derecho,” explicó a Efe Guarello. "Eso significa que si una persona está en un pequeño pub cantando y no ha registrado su pieza y viene un representante de una compañía y la compra, el autor pierde todo el poder porque lo que importa en EE.UU. es el que tiene el derecho”.

Guarello indicó que si el tema se convierte en un éxito el que recibe los ingresos de los derechos es la compañía y no el autor que se queda sin nada.

"Esa línea es la que se intenta implementar en Chile y nosotros estamos absolutamente en guerra, absolutamente,” concluyó Guarello.

A diferencia del modelo anglosajón, en el modelo europeo continental y latinoamericano los derechos asociados a la propiedad intelectual son irrenunciables.

Al encuentro asisten directores de cine, compositores, autores, expertos legales y legisladores, además de los gigantes de internet Google y Microsoft y representantes de las asociaciones de derechos de filmes, música y libros.

Según cifras citadas por Hatch, la piratería de películas, música, videojuegos y software para empresas o entretenimiento le cuestan a la economía estadounidense 58.000 millones de dólares por año.


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