SIDNEY, Australia.- El grupo conservacionista Sea Shepherd anunció hoy que un problema en su buque "Bob Barker" les ha obligado a poner punto y final a su campaña contra los balleneros japoneses en aguas de la Antártica.
La embarcación fue embestida hace tres semanas por el pesquero nipón "Yushin Maru 3" en las gélidas aguas del continente helado.
Sea Shepherd ya perdió en enero pasado otro barco, el "Ady Gil", que se hundió tras colisionar también contra otro ballenero en un accidente que, según el grupo ecologista, no fue accidental.
El capitán del "Bob Barker" y portavoz de la organización, Paul Watson, explicó que no se pueden arriesgar a abandonar la embarcación en aguas de la Antártica si se encuentra lejos su otro buque, el "Steve Irwin".
Los activistas dejarán así de hacerle la vida imposible al pesquero japonés "Nisshin Mar" e iniciarán su viaje de retorno al puerto de Hobart, en la isla australiana de Tasmania.
Watson celebró el trabajo realizado por sus hombres: "Hemos hecho más daño a la flota ballenera japonesa este año que en cualquier año anterior."
Añadió que en las últimas tres semanas, la flota ballenera no ha podido cazar ni un cetáceo, y puesto que sólo quedan 15 días para que termine la temporada anual de capturas sancionada por Tokio, los ecologistas están convencidos de haber evitado una masacre.
En el frente diplomático, Camberra sigue estudiando acudir al Tribunal Internacional de Justicia si Japón no pone fin a su programa de caza de ballenas por "motivos científicos", como una vez le pidió ayer la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
La CBI condena la actividad de los pesqueros japoneses, pero Tokio lo ignora y exige que se levante la moratoria vigente para permitir capturas de cetáceos a pequeña escala, pues insiste en que sus cuotas está justificada por razones científicas y no incumplen ninguna ley internacional.