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Los científicos están más preparados para evaluar emanaciones volcánicas

Gracias a elementos como satélites, se puede determinar con más precisión la cantidad de cenizas y su composición, fundamental para hacer pronósticos por ejemplo, para la suspención de vuelos.

12 de Mayo de 2010 | 10:02 | AFP
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El volcán Eyjafjoell en Islandia ha dejado varias lecciones después del caos aéreo que provocó en Europa.

AFP
PARIS.- A través de satélites, aviones o estaciones terrestres equipados de rayos láser para sondear la atmósfera y de la modelización, los científicos se consideran más preparados para seguir la evolución de las emanaciones del volcán islandés Eyjafjöll, cuya erupción puede continuar durante meses.

Si se sabe cuánta ceniza es arrojada por el volcán, puede modelizarse su dispersión en función de los vientos, explica Pierre Flamant del laboratorio de meteorología dinámica de Palaiseau (Francia).

Pero esta información indispensable habría sido errada durante las emisiones de ceniza que paralizaron el transporte aéreo en Europa a mediados de abril.

"Hubo un error de cálculo de las emisiones", afirma Gian Paolo Gobbi, del Instituto italiano de Ciencias Atmosféricas y del Clima (ISAC).

"Los islandeses no estaban demasiado preparados para definir la cantidad de cenizas arrojadas a la atmósfera", cuando de "esa estimación dependen todas las previsiones sobre la evolución de la nube" volcánica, declaró recientemente Gobbi a la prensa italiana.

Evaluaciones de la nube de ceniza efectuadas a principios de mayo desde un avión en vuelo cerca del volcán por un equipo alemán permiten un conocimiento más preciso de las emisiones.

Cuando la humareda se aleja del volcán, siete horas después de haber sido arrojada, acumula por lo menos tres toneladas de cenizas por segundo, indicó el profesor Ulrich Schumann, del centro alemán de estudios espaciales DLR.

Siete horas después de haber sido arrojadas por el volcán, una gran parte de las partículas, las más pesadas, caen. Lo que fue evaluado en la humareda corresponde a las partículas finas que pueden ser llevadas por el viento hacia Europa, señala Schumann, director del instituto de física de la atmósfera del DLR.

Esos datos deberían permitir perfeccionar los modelos. "Sólo la utilización de modelos informáticos combinada con observaciones terrestres, aéreas y satelitarias puede dar una imagen correcta de la situación", señaló Schumann en ocasión de un congreso realizado en Viena el 5 de mayo. Estimó que ahora los científicos están "más preparados" que en abril.

Los láser desempeñan un papel primordial en el sondeo de la atmósfera desde tierra, desde aviones y desde satélites.

Los Lidar (LIght Detection and Ranging) funcionan en base al principio del radar utilizando cortas impulsiones de láser para detectar partículas en suspensión desde tierra hasta 15 kilómetros de altitud.

La red europea Earlinet está formada por 21 estaciones lidar en tierra en Europa. Una red Aeronet de fotómetros automáticos informa también sobre las partículas en suspensión en la atmósfera.

Aviones equipados precipitadamente de un lidar portátil pudieron sondear los residuos de la nube de cenizas en el cielo europeo hacia el 20 de abril, poco antes de que se reanudaran los vuelos, completando las informaciones del satélite Calipso, que dispone de un lidar y de un equipo de imagen por rayos infrarrojos.
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