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Científicos consiguen que ratas paralíticas vuelvan a correr

El equipo de investigadores, liderados por Grégoire Courtine, confirmó la capacidad regenerativa innata de la médula, lo cual permitiría implementar nuevas técnicas de rehabilitación en humanos.

02 de Junio de 2012 | 08:28 | Emol
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EPFL.

LAUSANA.- Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, ha conseguido que ratas con lesiones en la médula espinal y parálisis severa vuelvan a caminar y a correr.

Según publica la EPFL en un comunicado, los resultados obtenidos en esta investigación, publicados en la revista Science, demuestran que este tipo de lesiones pueden recuperarse reactivando la inteligencia innata y la propia capacidad regenerativa de la médula.

El estudio, que comenzó hace cinco años en la Universidad de Zúrich, podría propiciar además un profundo cambio en la comprensión del sistema nervioso central, puesto que según el investigador Grégoire Courtine, las mismas técnicas de rehabilitación puedan funcionar en humanos.

De acuerdo a Courtine, el crecimiento de los nervios observado durante el procedimiento aplicado a los roedores sugiere que podrían surgir nuevos métodos para tratar la parálisis en personas.

“Tras varias semanas de neurorehabilitación con una combinación de instrumentos robóticos y estimulación eléctrico-química, nuestras ratas no sólo comenzaron a caminar voluntariamente, sino también a correr, a subir escaleras y a evitar obstáculos simulados”, afirma Courtine.

Primera estimulación electroquímica


Hasta ahora, la médula espinal había mostrado una plasticidad escasa tras lesiones graves, lo que hacía imposible su recuperación en casos de parálisis. Sin embargo, la investigación de Courtine demuestra que, bajo ciertas condiciones, la plasticidad y la recuperación puede variar tras lesiones graves, pero sólo si la columna espinal durmiente se reactiva en primer lugar.

Para conseguir esto, Courtine y sus colaboradores inyectaron una solución química de agonistas (sustancias capaces de unirse a un receptor celular y provocar una respuesta en la célula) monoamina en las ratas.

La solución química sustituyó a los neurotransmisores que libera el tronco cerebral de cualquier individuo sano y excitó a las neuronas, preparándolas para coordinar movimientos corporales leves en el momento adecuado.

Posteriormente, los científicos estimularon eléctricamente la médula espinal con electrodos implantados en la capa más externa del canal espinal, llamado espacio epidural.

“La estimulación epidural localizada envía señales eléctricas continuas a través de las fibras nerviosas para que las neuronas químicamente excitadas controlen el movimiento de las patas. Todo ello contribuyó al inicio del movimiento”, explica Rubia van den Brand, co-autor de la investigación.

Una cuestión de voluntad

En 2009, Courtine consiguió restablecer el movimiento, en este caso involuntario, de ratas con lesiones medulares. El científico descubrió entonces que la columna espinal estimulada (en este caso, aislada del cerebro) de ratas paralizadas podía modular el movimiento de sus patas, lo que permitió a animales previamente paralizados caminar dentro de una rueda hueca.

Estos experimentos revelaron que la actividad de dicha rueda era lo que provocaba la respuesta sensorial que activaba el movimiento: la inteligencia innata de la columna espinal entraba ante este estímulo en acción, y el hecho de andar ocurría sin ninguna señal procedente del cerebro de las ratas.

Tras sustituir la rueda hueca por un dispositivo que sujeta verticalmente a las ratas, Courtine consiguió que los animales estudiados se animen a avanzar por sí mismos hacia una recompensa de chocolate, situada en el otro extremo de la plataforma en que se encontraban.

El entrenamiento basado en la fuerza de la voluntad de las ratas se tradujo en un incremento cuádruple de las fibras nerviosas a través del cerebro y la médula espinal, un crecimiento “que prueba el tremendo potencial de la neuroplasticidad, incluso tras lesiones graves del sistema nervioso central”, afirma Janine Heutschi, otra de las autoras de la investigación.

“Esta es la Copa del mundo de la neurorrehabilitación”, asegura Courtine. “Nuestras ratas se han convertido en auténticos atletas cuando solo unas semanas antes estaban completamente paralizadas. Estoy hablando de un 100% de recuperación del movimiento voluntario”, añade.

Esta reacción radical de la médula espinal de las ratas al tratamiento hace pensar que personas con lesiones en la médula espinal lleguen a tener alguna opción de recuperación. Courtine se muestra optimista en este sentido.

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