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La segunda noche trae extraños ingredientes

Camilo Sesto y Chancho en Piedra, son a todas las luces, los números más importantes para la segunda noche de Festival.

19 de Febrero de 2004 | 13:16 | Felipe Ossandón, El Mercurio en Internet
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Tommy
Camilo Sesto es uno de los números importantes de la segunda noche.
VIÑA DEL MAR.- La nostalgia y el delirio serán los principales ingredientes de la noche del jueves, en la segunda jornada del Festival.

Tras una irregular noche de apertura, la segunda también se muestra difícil a la hora de hacer apuestas.

Abre el romanticismo y la delicadeza de Camilo Sesto. Cierra el desenfreno y la fiesta permanente de Chancho en Piedra. Lo del medio, el jamón del sándwich, es una incertidumbre total.

Se podría decir que el cantante español viene a saldar una cuenta pendiente. Porque incluso sus más incondicionales fanáticos tuvieron que aceptar lo discreto de sus presentaciones en nuestro país el año pasado.

Conciente de eso, seguramente el español basará su espectáculo en los viejos éxitos que lo hicieron célebre en nuestro país. De no mediar algún desperfecto técnico y si no lo traiciona su voz, este verdadero ícono del cancionero A.M. debería hacer cantar a la Quinta, como si fuera el living de la casa. O mejor, la cocina.

Los Chancho, qué decir. Una sólida discografía, una historia cercana, un contundente equipaje de éxitos. Por si eso fuera poco, una de las principales características de esta juguetona banda funk, es precisamente su envidiable sentido del juego, ese nutritivo hábito que tienen de ser desordenados y sorprendentes.

De seguro la banda chilena, acostumbrada a desarrollar verdaderas performances en cada concierto, va a aprovechar al máximo la espectacularidad del escenario.

El resto es una gran interrogante. Números que gozan de popularidad, pero que no son garantía de éxito en un escenario tan caprichoso como la Quinta Vergara.

Douglas es un cantante con arrastre, pero a ratos su carácter extremadamente dócil y relamido puede endulzar demasiado a un público que cada cierto tiempo exige adrenalina.

Palta Meléndez, por su parte, tiene la enorme responsabilidad de hacerse cargo del humor. Si ya ese sólo hecho implica un riesgo, en este caso es más si tomamos en cuenta que Meléndez basa su show en un café concert de menor masividad. Además, alejado hace tiempo de la televisión, no cuenta con la popularidad necesaria para triunfar sólo por presencia. Por si fuera poco, su rutina tiene un importante carácter político, y eso en todas partes enciende pasiones. Sobre todo en la Quinta.

Por último, Bacilos también es un número complicado. Si bien cuentan con una razonable cuota de popularidad, sobre todo gracias a “Mi primer millón”, eso aquí no basta. Porque aparte de éxitos y simpatía, para ganarse al público hay que tener desplante, personalidad, y un buen respaldo musical en vivo. Y eso, Bacilos aún tiene que demostrarlo.

Con este tipo de ingredientes, no es posible intuir el destino que tendrá este sándwich en el sistema digestivo festivalero. Sólo hay que esperar que no nos caiga mal.
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