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Otra vez fue un delirio femenino

Ricardo Arjona repitió las actuaciones que ya había dado en la Quinta en tres ocasiones. Fue más de lo mismo. Los mismos temas, las mismas frases hechas, los mismos lugares comunes. Pero a ellas les gusta, otra vez fueron las reinas.

23 de Febrero de 2004 | 23:42 | Felipe Gálvez T, El Mercurio en Internet
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Ricardo Arjona
Con discurso repetido, Arjona volvió a conquistar a la Quinta.
VIÑA DEL MAR.- Ricardo Arjona se para en el centro del escenario, se arremanga la polera y los músicos detienen la melodía. Todo sería silencio si no fuera por los gritos de las féminas que llenaron la Quinta. El guatemalteco mira al frente y canta a capella la última frase de una de sus canciones. Pero no termina... Da una mirada a todo el público y escucha como las mujeres completan la frase que cierra la canción. Él sonríe, sostiene el micrófono bajo su brazo y aplaude; ellas están al borde del desmayo por la emoción. ¿Hay algo novedoso en la escena?

La verdad es que nada. Bien podría ser la presentación de Arjona en el Festival de 1999, cuando hizo lo mismo que está descrito más arriba y, además de actuar en dos jornadas, se llevó la primera Gaviota de Oro que se entregó a un artista en el festival.

También podría ser su actuación de 1995 o la de 2001, la primera y la última en que estuvo el llamado trovador en el certamen, respectivamente. Pero no, la situación se produjo esta noche, en la cuadragésima quinta versión del Festival de Viña del Mar.

Y eso es lo que más criticable del cantautor. Cuatro veces se ha enfrentado al Monstruo y todas han sido similares. Lo acompaña un grupo de siete excelentes músicos – hay que decirlo- más una corista. La escenografía no se deja de lado: si antes fue un bar, esta vez fue el frontis de un hotel, que más bien se asemejaba a los clásicos moteles de carretera de una película gringa.

Como en anteriores veces, vestía jeans y una polera con un cuello abierto, dejando a la vista parte de su pecho; el pelo, suelto y mojado; su caminar, de seductor; y esa mirada y sonrisa característica que electriza a las mujeres, sobre todo cuando el tipo se planta y pone actitud pensante, como preparando una de esas frases que derrite a las del sexo femenino.

Quizás la única variación del espectáculo de hoy comparado con los otros que ha dado en la Quinta es que esta vez cantó temas nuevos, de su último disco "Santo Pecado". El resto, fue más de lo mismo: camina por el escenario, se sienta, toma la guitarra, detiene una canción y recuerda una situación particular que hace que las miles de mujeres presentes lo amen más.

Llovían peluches y el artista se paseaba por el escenario recogiéndolos y dejando que la Quinta cantara sus canciones, igual que siempre. Detuvo uno de sus temas y se confesó: "Lo que uno hace es buscar las palabras precisas para convencerlas a ustedes de cualquier cosa", pero ellas como que no entendieron y gritaron aún más. Arjona jugó con las mujeres que llegaron esta noche a la Quinta, las utilizó, las hizo partícipes de su show. Y quedó demostrado que eso a ellas, por alguna extraña razón, les gusta.

Cantó - era de esperar- sus canciones más conocidas, como 'Ella y él', 'Historias de taxi', 'Se nos muere el amor', 'Señora de las cuatro décadas'. También cantó 'Te conozco', y, galán él, hizo subir a escena a una muchacha de 16 años con quien se sentó en un sillón y a quien dedicó frases del tema.

Para hacer más evidente la repetición de situaciones cantó la misma canción que hace cinco años escribió sobre el Festival de Viña, y otra vez las deslumbró: "Debo decir que no hay lugar, como Viña del Mar", entonó, luego que le entregaran el "combo" de premios festivalero, que obviamente incluía la Gaviota de Oro que ya una vez le había sido entregada.

Repetido y todo, Arjona se echa al Monstruo al bolsillo. Quizás ésa es su técnica, su plan para conquistar: hacer creer que sabe mucho de las mujeres, que las conoce, que las comprende, cuando el mismo dice después, en la conferencia de prensa, que de mujeres no sabe mucho. Pero a ellas no les importan las confesiones de este artista, sino que les canten que son importantes. Para finalizar su show, Arjona les lanza esa flor: 'Mujeres'. Ellas, felices, como en las anteriores presentaciones, son nuevamente las reinas de la noche.