Se avecinan tiempos nuevos, extraños, locos.
En estos momentos todos mis músculos están apretados y los nervios realmente me traicionan.
Justo cuando voy a decir una palabra, no me sale el habla, y quedo en silencio total. Mi mente en cambio rodando como una bola nueva, a toda velocidad, dentro del mejor partido.
Estamos así, en cuerpo y alma, ambos, con la locura dentro de la sonrisa inmensa.
¿Regalos? Cientos de ellos, millones, para mi gusto, muchos más de los que esperaba. De fuera de Chile, de por acá, de provincia, de todos lados. Sorpresas diversas, rodeando varios continentes. Llamadas interesantes, momentos mágicos.
Finalmente llega este soñado día. Pasé a ser una Mafalda frustrada en los brazos de Susanita. Reírme de ella era mi pasión, pero siempre la Mafalda termina cediendo a los encantos de un galán. Mi galán en este caso.
Estoy feliz. Demasiado feliz, y me era imposible no contarlo en esta columna. Tengo un camino largo de aquí en adelante, más proyectos, más desafíos, más entrega, más generosidad. Mucho más compromiso, más lealtad, una meta inmensa, que no se termina nunca y que depende prácticamente de dos.
Ustedes entenderán de lo que hablo, y si no, de todas formas, esto se puede llevar a cualquier gran desafío de nuestras vidas.
Esa es la cuestión, intentar tomar la vida como un partido, como un deporte, como una satisfacción llena de adrenalina por delante, regalada ante uno, con obstáculos dispuestos a ser vencidos, y peleados.
Hoy me siento realmente en la cima. Estos últimos meses me ha tocado conocer gente extraordinaria, personas dulces, compañeros de todo tipo, y no sé si es producto de lo que estoy viviendo o qué, pero sanamente han sido meses bellos y perfectos.
Así que aprovecho este espacio para agradecer, para sonreír y para nombrar a quienes entenderán por qué los nombro. Muchas gracias Jessie, Gastón, Martín, Pelao, Peyu, Chelo, Vicky, Jaime, Lulú, Rorro, Juanca, Andre, Tati y Muna, Meme, Xime, Syl, Juni, Maricoté, Marisol, mi equipo, nuestra capitana y, por supuesto, al Lilo.
Espero sigamos siempre juntos en este camino, acompañándome, acompañándonos, de ahora en adelante, para siempre.
Nos vemos luego y habrá una segunda parte en esta historia… Espérenme que esto realmente se está empezando a poner bueno.
Amanda Kiran