VIÑA DEL MAR.- Nada de bien comenzó la estadía de la mexicana Paulina Rubio en Chile para presentarse en el Festival de Viña del Mar, en la jornada de mañana. Si la intención de la rubia cantante era dejar atrás el triste recuerdo de su última visita, entonces hoy fue un día negro.
La mexicana fue recibida con abrumadoras pifias por las decenas de periodistas que llegaron a su conferencia. ¿El motivo? La sensual cantante se demoró una hora y media en aparecer por el Hotel O'Higgins.
La relación con los medios empezó mal. Tras las pifias, su actitud fue de total agresividad. Caminó seria, arregló constantemente su cabello y se puso tras el mesón dispuesto para los micrófonos sin sentarse. Ahí habló claro.
Explicó que su retraso se debió a que no llegaron sus maletas desde Santiago; que apenas las tuvo escogió su mejor ropa para lucir "guapa y elegante"; que no comió y salió directo del Hotel del Mar, donde se hospeda, al O'Higgins, y que venía con la mejor disposición y ánimo a la conferencia.
"Si ustedes entienden eso, los quiero; si no, los quiero también", afirmó.
A los varones presentes pareció gustarles ese estilo firme y a los reporteros también que aprovecharon la pose dura y amenazante de la mexicana, quien se permitió caminar sobre las sillas y sentarse arriba de la mesa.
Dentro de las cosas interesantes que dijo, explicó que su espectáculo mañana será "un poquito de todo", recordando sus antiguos temas, repasando sus canciones en inglés y también dando a conocer nuevos temas.
Además valoró a sus músicos, habló muy bien de Thalia y repitió que es "una mujer que sabe lo que quiere".
Sobre los temas difíciles dijo poco y nada. "Yo vivo en el presente, en el futuro y Ricardo (Montaner) es un gran amigo", fue todo lo que respondió ante la consulta del cambio de animador y de lo que le sucedió a ella en 2002, cuando Antonio Vodanovic le negó la antorcha.
