
Ni él mismo se creía los aplausos y las risas que provocó su rutina.
VIÑA DEL MAR.- Extrañamente nadie daba un peso por los humoristas que este año iban a subirse a la Quinta. Pero la verdad es que tanto Hugo Varela (ayer) y Felo, esta noche, han resultado ser dos espléndidos números humorísticos, que han hecho reír con ganas a la Quinta Vergara.
Una poco afortunada presentación en Concepción, presagiaban que supuestamente el repertorio de Felo no era el más adecuado para la Quinta Vergara. Quizás demasiado hermético, quizás demasiado parco, o quizás qué.
Pero la verdad es incluso antes de que se subiera al escenario, el público ya coreaba su nombre y se notaba que lo esperaba un ambiente propicio.
Felo se subió al escenario y cantó sus canciones absurdas, divertidas llenas de doble o hasta triple sentido.
Le cantó a la mujer perfecta (“le achicaría las manos para que no hicieran tan pequeño lo que tocan”), realizó diversas y divertidas versiones de canciones de Pablo Milanés (“Muchas veces te dije que antes de hacerlo había que lavarse muy bien).
El público aplaude, pero Felo no cree que los aplausos sean para él. Y mira a las pantallas pensando que es un video clip (eso es también parte de su rutina).
Luego amenaza con hacer un recorrido por el folclor de 196 países. Intenta un tema de Serrat, pero lo olvida a medio camino.
“Estoy muy contento de estar en Chile”, dice este cantante y humorista que prácticamente no ha salido del país.
También intenta los acordes de una cueca, y el público reacciona de inmediato con los aplausos. “Uno no pide palmas. No entiendo”, dice Felo.
Y así jugando con temas de Eduardo Gatti, de Víctor Jara y con sus propias y delirantes creaciones que apelan permanentemente al doble sentido, pero que permanecen inamovibles en el terreno del humor familiar, Felo fue urdiendo una rutina con la que encantó a un público que nunca le puso problemas.
La primera vez que intentó dejar el escenario, se escuchó una fuerte silbatina que lo obligó a subir al escenario para recibir la Antorcha de Plata, que el artista dedicó a sus padres conteniendo apenas la emoción.
“Me voy con el corazón henchido”, dijo al final y se despidió como Carlos Helo: “Gracias buenas noches, que lo pasen bien” y se fue entre aplausos.