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Solís dejó al Monstruo exigiendo la Gaviota de Oro

El cantante mexicano, que estuvo más de una hora sobre el escenario, se retiró con una Quinta rendida a sus pies. Fue un show completo que encantó a especialmente a las mujeres.

21 de Febrero de 2005 | 23:51 | Felipe Gálvez T, El Mercurio en Internet


VIÑA DEL MAR.- Esta noche había en la Quinta más carteles (muchos más) que durante todo el Festival. Decenas de mensajes y saludos de fans al artista que abriría los fuegos de la última jornada. De todas partes de Chile, y de varios países también.

Jugando con las ansias de un público que lo esperaba delirando desde mucho antes que se iniciara el show, Marco Antonio Solís demoró bastante su ingreso al escenario. No bien apareció, la Quinta se rindió a sus pies.

Con más de 10 músicos en escena y acompañado por la orquesta de Santiago, el mexicano inició una presentación que sólo supo de puntos altos. Cada vez más altos a medida que avanzaba el show.

Con un vozarrón FM, a ratos parecía como si estuviéramos escuchando un programa radial de trasnoche donde el conductor introduce los temas con una suavidad y toque de romanticismo extremos. Así Solís presentó sus canciones. "Un saludo grande a todos ustedes, a continuación un tema de 1989 dedicado a Myriam Hernández: '¿Cómo fui a enamorarme de ti?'".

La fría noche viñamarina tuvo un epicentro de calor y emoción, y ése fue la Quinta Vergara. Los gritos no cesaron en toda la presentación exigiendo los premios que tenían que venir sí o sí: las antorchas de oro y plata y la Gaviota de Plata.

Solís cantó uno a uno sus mayores éxitos que han vendido más de 40 millones de copias de sus discos en todo el mundo. "Y ahora te vas", "Sigues sin mí", "Si te pudiera mentir", "Mi eterno amor secreto".

Todas melodías románticas, todas coreadas por las más de 12 mil personas que llegaron a la Quinta. Todo un éxito entre las mujeres. Pero también hubo ritmos más latinos. Con "Viva el amor" - con Solís tocando una pequeña batería- y "Más que tu amigo", la Quinta bailó y los varones disfrutaron de los sensuales movimientos de cuatro bailarinas.

Sin el estilo de Miguel Bosé, Solís logró esta noche el mismo efecto y quizás mayor. Porque el mexicano no es de movimientos sensuales ni cargados de erotismo. Tampoco de seducción física. Son su voz y sus letras las que rompen corazones.

A ratos, su show era más entretenido si se miraba hacia la platea y la galería. Mujeres - y hombres- levantando sus letreros y gritando sin parar, enloquecidas por la presencia del mexicano sobre la Quinta.

Y Solís no los dejaba de encantar. "Si no te hubieras ido" y "¿Dónde estará mi primavera?" cerraron un show completo. Aunque éste no terminó realmente sino hasta cuando disminuyó el clamor de un Monstruo que reapareció esta noche para exigir un premio que nunca llegó... la Gaviota de Oro.

Solís ya había abandonado el escenario y los animadores presentaban el jurado internacional en medio de una constante silbatina. La exigencia era clara y, hasta cierto punto, entendible. El de hoy fue un show de calidad donde para un crítico cuesta bastante encontrar los puntos bajos.
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