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Presidente del Senado advierte sobre riesgos de visita de "señora K"

Sergio Romero subrayó que la participación de la Primera Dama argentina en la campaña de Bachelet "afectaría muy seriamente la debida independencia con que un Mandatario chileno debe resguardar los intereses nacionales".

06 de Diciembre de 2005 | 13:19 | El Mercurio en Internet
VALPARAÍSO.- Como un "compromiso político", que quiebra la tradición chilena de ejercer una soberanía política sin influencia externa, calificó el presidente del Senado, Sergio Romero, la invitación que la abanderada presidencial de la Concertación, Michelle Bachelet, extendió a la Primera Dama de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

El titular de la Cámara Alta recordó a la abanderada presidencial que la esencia del cargo de Presidente de la República es tener la mayor independencia para desarrollar la obligación de conducir las relaciones exteriores.

"La presencia de la señora Kirchner será siempre bienvenida, pero un acto de política interna de nuestro país es otra cosa, ya que no sólo involucra un compromiso de política interna nuestra, sino que afectaría muy seriamente la debida independencia con que un Mandatario chileno debe resguardar los intereses nacionales", señaló el parlamentario, al mismo tiempo que hizo presente que la senadora argentina es virtualmente una carta del oficialismo a la presidencia de su país.

En vista del citado compromiso político, el senador Romero se preguntó si fue conveniente que en el pasado personeros chilenos fueran a respaldar al entonces candidato a la presidencia de Perú, Alejandro Toledo.

"La pregunta que se formularán los chilenos es, si por obtener algunos votos, se debilita la posibilidad de hacer exigible el día de mañana convenios de suministro de gas natural argentino para la población o para rechazar intentos de afectar nuestra seguridad territorial, como ha ocurrido recientemente en el norte de Chile", sostuvo.

El titular de la Cámara Alta finalmente le recomendó a Bachelet consultar al Presidente Ricardo Lagos y a los anteriores jefes de Estado sobre las repercusiones de su decisión de involucrar a la Primera Dama argentina en su campaña electoral.