EMOLTV

4 km.

05 de Marzo de 2007 | 15:32 | Amanda Kiran
imagen
Julio Maillard, El Mercurio

Estaba lista. La Fran estaba lista. Tan lista, que quería competir contra mí. Sin querer queriendo, siempre compite conmigo. Una vez más me desafió en esta carrera.


Yo no quería hacerle caso, pero mi pasión deportiva y competitiva me dejó caer en la trampa.

- Está bien, pero la última vez te saqué casi dos kilómetros, Fran.
- Sí, pero ahora yo estoy más entrenada -respondió-.

En ese momento, mi actitud no era para nada en son de menospreciarla. Solamente que no quería que se sobreexigiera. En fin, ella tomó este desafío personal en contra mío. Y yo simplemente lo acepté. Las dos somos (hace rato) mujeres adultas.

Así que partimos en esta carrera. ¿Cuánto era? Ocho kilómetros que no se mantenían juntas en una sola vuelta. Eran dos circulaciones de 4. Independientes, pero unidas en su final. La meta. Una modalidad extraña, pero acorde con lo que la municipalidad había prestado de espacio: 4 Km.

Llegó el domingo. Salimos juntas y yo apuré el tranco. Mi meta no era en ningún caso ganar la carrera. Para nada.  Sólo ganarle a la Fran. Ella me pidió el desafío y estaba mi orgullo de por medio. Además que mi autoexigencia me pedía mejorar mi marca. Ella le ponía mucho empeño y se mantenía fiel a su meta: ganarme, como fuera.

Después de un rato, al mirar hacia atrás, ya no la veía. Sólo sentía que estaba por ahí y debía apurarme. Luego de los primeros cuatro kilómetros quería descansar, parar, que la carrera terminara ahí.  Pero eso no era posible. Debía seguir. Y por eso no me gustó la modalidad. Pasar por donde terminarás, no me gustó para nada. Era demasiado tentador.

Aperré como pude. Contra el calor, la sed, el hambre, el cansancio, y logré llegar a la meta.  No mejoré ni empeoré mi tiempo. Y según yo, le había ganado a la Fran. Pero cuando llegué, ella ya había llegado. Se veía descansadita. Estaba parada, por ahí, como retomando el aire extraviado.

- Fran, llegaste ya
- No, Amanda… corrí sólo 4 kiló…

Cuando estaba terminando su frase, llega el organizador del evento, toma a la Francisca del brazo y se la lleva al podio, como una verdadera avalancha.

- Y aquí está nuestra flamante ganadora.
- No, pero escuche -peleaba ella contra la voz incansable del animador-.
- No, nada de peros. Ud. hizo un tiempo buenísimo de 24 minutos. Marca que superó cualquier tiempo en éstos ocho kilómetros. ¡Felicitaciones!
- Pero señor ud. no entiende -trataba de decir ella-.


Mientras intentaba explicar, ellos (él) no entendían razones. Instalada en el número uno del podio le fue entregado su premio, su huincha, su medalla… todo. Le habían marcado su tiempo, en dos vueltas en vez de una, sin llegar a correr los otros cuatro kilómetros. ¿Para qué?

La verdadera ganadora relinchaba bajo el escenario. Gritaba, pataleaba y alegaba que el premio era de ella, pero nadie la escuchó. El organizador mantenía su postura. Las máquinas no fallan.

La Fran, se fue con zapatillas nuevas, medalla y risas. Al bajar, me miró con cara de interrogación.  La miré y le dije. Esta vez si que me ganaste. Te salvaste. Me ganaste en serio. Jamás, podremos superar esta marca.


Amanda Kiran
akiran@mercurio.cl

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?