EMOLTV

Ariel Mateluna: “Siempre me han querido dejar como un ‘niño problema’”

La fama a una corta edad le ha traído pros y contras a este actor que se ganó el corazón de los chilenos siendo un niño y encarnando a Pedro Machuca. Conoció la otra cara de la moneda, cuando vio su imagen, siendo escoltado por Carabineros, acaparar las portadas de los diarios. “Siempre he sido un cabro bueno”, dice este fiel creyente del karma y de tirarle “buena onda” a la gente.

13 de Mayo de 2014 | 16:04 | Por Ángela Tapia Fariña, Emol.
imagen
La Segunda
"¡Machucado!", es de lo que más le molesta a Ariel Mateluna que le griten en la calle. También se enoja cuando algún amigo que lo conoce por años, le dice “Machuca” y no lo llame por su nombre. Pero el actor está muy lejos de odiar al personaje que le valió un Altazor como Mejor Actor a sus 16 años y que lo embarcó en la carrera que hoy mantiene vigente, interpretando a “Lucas Ramírez”, en “El amor lo manejo yo”, de TVN.

Este año se cumplen 10 años desde el estreno de “Machuca”, donde un Ariel de 14 años y grandes y conmovedores ojos, enamoró a los chilenos. Y tal como se puede comprobar por cómo lo llaman en la calle y sus amigos, el personaje de “Pedro” no se borra de la memoria de la gente, ni de la suya.

Hoy, con ternura recuerda que tras la película de Andrés Wood invitó a dos amigos del barrio a comer al “Lomito’n” y se compró una playstation, al tiempo que declaraba que su sueño era trabajar como actor cuando grande, y a los veinte años, ojalá ya tener su propio departamento de soltero.

A sus 25, lo de la actuación lo cumplió. En el cine, a “Machuca” le siguió “Mirageman” y “Mi último round”, entre otras. Y para este año se espera el estreno de “El mago”, con el ex “Magic Twins”, Jean Paul Olhaberry, además de “Matar a un hombre”, de Alejandro Fernández, premiada en Sundance como mejor drama realizado fuera de EE.UU.

A su currículum se suman obras de teatro, series y sus papeles en novelas. Pero el actor lamenta que a nivel mediático también se le recuerde por su detención el año pasado, por cultivo de marihuana.  “Esas noticias buscan hablar mal de uno no más. En vez de darte el mérito por las cosas buenas que haces, te buscan lo malo”, comenta.

Lo del sueño del departamento de soltero, aún no lo cumple, pero asegura que no se hace mayor problema. “Hoy me importa ser feliz, que es lo más importante”, dice.

-Haber sido conocido desde tan chico debe haber traído cosas buenas y malas, ¿o no?
“Sí. La, entre comillas, fama, trae buena onda cuando vas a tiendas; te hacen descuentos ahí o cuando vas a restaurantes, o te hacen entrar a discos y te sientes bacán. Mis amigos me molestan con eso… ‘Ella, la que la hacen entrar’. Pero también trae cosas malas. La gente es muy envidiosa y eso se siente. Muchas veces también me gritaban cosas en la calle y por el hecho de ser actor, al tiro te encasillan de gay y te gritan ‘¡el maraco de la tele!’, y yo, que soy mecha corta, igual me daban ganas de ir y responderle con un combo en el hocico. Pero como soy más inteligente, a palabras necias oídos sordos, y me iba”.

“Pero para un 11 de septiembre, estábamos jugando a la pelota en la calle y venía un grupo de cómo veinte cabros chicos. Yo pensaba que nos iban a cogotear, pero antes que hicieran algo, les dije ‘¡buena cabros! ¿Un partido?’. Y los que me escucharon dijeron ‘¡Buena! ¡El loco de la tele!’, y zafamos, buena onda”.

-O sea que sirve el recurso de la fama…
“No siempre. En noviembre me asaltaron no me resultó. Un tipo me apuntaba con dos pistolas y me decía que le pasara todo. Yo lo miraba a los ojos y le decía: ‘Oye, poh. Soy Pedro Machuca. ¡La bicicleta! ¡La leche condensada! ¿No la viste?’. ‘¡No!’, me dijo. ‘Ah, bueno. Llévate todo’ (ríe). Menos mal no me dijo que le cargaba el cine chileno y me disparaba ahí mismo (ríe)”.

-Y entre los contras de ser conocido, ¿no cuentas que se haya sabido el año pasado tu arresto?
“Claro, de no haber sido conocido, no se habría sabido nada. Sí, en mi casa cultivamos y mi mamá desde los 19 años que fuma; es una hippie. Y sí, nos sapearon. Dijeron que había un famoso (con hierba) y fueron para allá. Pero, ¿por qué no se ponen los pantalones y van a las poblaciones donde saben que están vendiendo pasta base y cocaína, cosas que realmente destruyen a las familias? Me da lata la injusticia, que persigan a los más débiles y no vayan por el pez gordo. Pero bueno, dentro de todo fui bien hombrecito y le puse el pecho a las balas. Sabía que estaba lleno de periodistas afuera de mi casa”.

-Es fuerte esa imagen tuya, saliendo escoltado por Carabineros…
“Y triste, porque hacían montajes. Es fome recordarlo, pero me esposaban, después me sacaban las esposas, ponían las plantas, me subían y me bajaban de la camioneta, todo para que me grabaran las cámaras. Por eso, ahí estamos viendo con mi abogado qué vamos a hacer, porque el juicio todavía no termina. Hoy solo se está viendo lo del cultivo. Ya no me acusan de traficante, que fue lo que trataron de decir al principio. Yo no le ando haciendo daño a las familias. No soy un gallo que le anda vendiendo droga a los colegiales. Siempre he sido un cabro bueno”.

“Siempre  me han querido dejar como un ‘niño problema’, pero me da lo mismo porque desde chico que lo fui, y estoy acostumbrado. Fui a doce colegios. Pero ahora soy tranquilo y me porto bien. Soy un hombre responsable”.

-¡Doce colegios! ¿Qué hacías?
“Era muy desordenado, me subía al techo, me agarraba a combos con mis compañeros, me escapaba de la clase de religión, les tiraba agua a los compañeros por la ventana cuando estaban en clases… Travesuras, poh. Siempre me quisieron dar Ritalín, pero mi mamá siempre se opuso, y decía que si yo era hiperquinético, era porque no está conforme con lo que me enseñaban; una educación mediocre, que no me iba a servir en la vida. Puros números y letras y cero valores”.

-¿Y qué cosas te educaron?
“La vida, el respeto, conocer las injusticias, los mismos errores y caídas que he tenido. Cualquier cosa, más que el colegio. Mi mamá es súper hippie, además de terapeuta, y me enseñó siempre a estar bien con el lado espiritual, me mostró lo que es el karma y el darma, cosas que en la vida te sirven mucho, porque si haces algo malo, tarde o temprano se te devuelve. Por eso trato de no odiar, de no tirar mala onda y andar contento, feliz, que es súper difícil en un país como este, que es muy injusto. Y hay gente, no la mayoría, que es muy penca. Son buenos para chaquetear y agarrar para el hueveo”.

Como él, “Lucas”, su personaje en la teleserie de las 20 hrs. en el canal estatal, parece ser un defensor de la igualdad social. Eso sí, en el caso de la ficción, se trata de un joven ladrón. “No se justifica el robar, pero le está devolviendo el karma a los ladrones de cuello y corbata, para ayudar a su abuela y sobrevivir en este país que es tan caro”, explica el actor.

“Lucas es un cabro bien querendón con la abuela -en mi caso yo lo soy con mi mamá y la cuido-, y en el fondo, es un tipo bueno, no es una mala persona. Roba, ok, pero no es alguien que le quera hacer daño a los demás. Yo soy así. Con el tiempo he aprendido que todo se devuelve, así que hay que portarse bien y tirarle buena onda a la gente, no odiar”.

-¿Cómo logras esa actitud tan zen después de ser tan “mecha corta”?
“Yo creo que va todo con el tiempo y la madurez que vas tomando cuando vas creciendo. Es cierto que cuando chico era súper impulsivo, y más de una vez puse un combo sin haberla pensado antes y después me arrepentí. Pero ahora, ya más grande, me siento más tranquilo antes de actuar. Respiro y pienso las consecuencias”.

-¿Incluso si te asaltan?
“Ahí odié todo el rato, porque se llevaron lo poco y nada que tenía. Pero en vez de seguir odiando, cambié de mentalidad y pensé que tal vez, él lo necesitaba más que yo. Quizás su vida era muy mala y su familia no le dio valores. Me fui pensando en su vida, en por qué llegó al punto de ponerse a asaltar, y así fui quitándome el odio que le tenía. Agradecí seguir vivo y que no me haya dado un balazo. Hay que agradecer no más. La vida pone pruebas, buenas y malas.
“Así me gustaría ver a la gente, verla feliz. Sería un milagro, pero hay que partir por uno. Al menos yo, trato de devolverle una sonrisa a las personas que me miran”.

-¿Aunque te digan “¡Machucadooo!”?
“Aunque me digan ‘¡Machuchado!’. Ahí les diré ‘¡buena!’ (Sonríe y levanta el dedo medio)”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Tengo la costumbre de quedarme con algo de mis personajes; no sé, una polera o un accesorio. Lo pido antes y cuando no me lo dan, me lo llevo. No, mentira (ríe)”.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?