Exitosa a más no poder, Jodie Foster es crédito seguro para el éxito en la taquilla.
Con más de 40 películas a su haber, su extensa carrera como actriz ha sido matizada por incursiones como productora y directora, lo que ha acrecentado su influencia y poder dentro de La Meca.
Tras su simpática aparición como “la chica Coppertone” a los 3 años, Jodie Foster no tuvo que esperar mucho para que se fijaran en ella. En 1968 logró incorporarse al reparto de la serie de televisión “Mayberry RFD” y luego, “The courtship of Eddie´s father”, “My three sons” y “Paper moon”.
A los 8 años debutó en el cine en la película “Napoleón y Samantha”, a la que siguió su papel en el musical “Las aventuras de Tom Sawyer”. Sin embargo, todos se centraron definitivamente en ella con la memorable “Alicia ya no vive aquí” bajo la dirección de Martin Scorsese.
Con 14 años, el mismo director la llamó para protagonizar “Taxi driver” (1976) junto a Robert de Niro, pero su actuación, que mereció una nominación al Oscar, no estuvo exenta de polémica. Su papel de una prostituta adolescente remeció a varios y muchos alzaron la voz contra su madre por haberla autorizado a filmar.
Tras esta película, en un período de dos años, se sucedieron 6 films, incluido uno en francés que no quedaron en los anales del cine, pero la prepararon para lo que vendría. En 1980 protagonizó “Zorras” bajo la dirección de Adrian Lyne y en 1984, “El hotel de New Hampshire”. Luego filmó “Le sang des autres” de Claude Chabrol donde según su hermano tendría su primer affair lésbico con una productora.
“Cinco esquinas” y “Relación fatal” antecedieron su rol en “Acusados” de 1988, lo que le valió su primer Oscar a la Mejor Actriz. Consagrada, al año siguiente grabó “Camino de retorno” con Dennis Hooper y, en 1991, “El silencio de los inocentes” que le significó recibir nuevamente la estatuilla como Mejor Actriz.
Ese mismo año incursionó en la dirección con “El pequeño Tate” y se sumó al proyecto de Woody Allen “Sombras y niebla”.