Amor a la distancia





Ella es dos años mayor y él, para todos los males, mantiene esa cara de niño bueno que lo hizo famoso. Pero nada de eso pareciera importarles.

Diane Kruger y Joshua Jackson han dado muestras de que su amor lo puede todo y desde que están juntos, lo han logrado.

A cada estreno, a cada premiación, van juntos tomados de la mano, aunque ello signifique viajar horas y horas en avión. De hecho, ése es el secreto de su relación. Hace poco Joshua, uno de los protagonistas de la famosísima serie Dawson´s Creek, confesó a “People” que la única forma de mantener una relación así es “tomar un vuelo a cualquier parte, en cualquier momento”.

Los dos actores se conocieron a mediados de 2006 en el circuito hollywoodense, pero su relación se hizo pública para febrero de 2007, cuando aparecieron juntos en una fiesta previa a la entrega de los Oscar.


Sesión fotográfica en la 60ª edición del Festival de Cine de Cannes, 2007.
Foto: AFP

Desde entonces no se han separado más que por temas de trabajo y eso es mucho, porque Jackson se trasladó a vivir a Vancouver para poder participar de una serie de televisión.

Aunque han paseado su amor por París y muchas ciudades alucinantes, ambos están evaluando irse a vivir juntos y Diane ha confesado que no tiene problemas con la helada ciudad canadiense que se encuentra en la costa Pacífico.

La pareja se ve bien y desde mediados de este año se rumorea que están comprometidos, pero hace muy poco Diane aseguró categórica que el matrimonio no es para ella.

Una experiencia anterior, dejó huellas amargas, dolorosas e imborrables en su piel. En 2001, esta destacada actriz alemana se casó con el actor y director de cine francés Guillaume Canet, más conocido por su papel del joven y lento Etienne en la película “La playa” junto a Di Caprio.

Estuvieron juntos cinco años, hasta que en 2006 se divorciaron. Ambos han mantenido total hermetismo respecto de las razones del fracaso. Ella, elegante ha indicado “él es un gran tipo, muy dulce. Vivimos la historia que teníamos que vivir y fue maravilloso, pero llegó a su fin”.

Aunque nunca lo ha confirmado, pareciera que Guillaume era demasiado exigente en cuanto a lo físico se refiere, porque ella contó cuando promocionaba la película Troya –que la obligó a subir unos kilos- que él la visitó en el rodaje y le comentó que tenía que dejar de comer porque sino le saldría “doble pera”. Si bien puede no ser la razón, muy encantador no es.

“Estuve casada una vez y no lo volveré a hacer. Pienso que es una gran institución, pero no para mí. Firmar un papel no hace durar una relación. No soy una persona religiosa por lo que no tengo ningún incentivo para casarme”, dijo, develando algo de su fría mente germana.

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