Juan Esteban Aristizábal Vásquez era un niño normal hasta que, a los siete años, descubrió la música. Luego de eso, su vida se convirtió en un torbellino.
Así, abrevió su nombre a Juanes sin siquiera sospechar que, pocos años más tarde, esas dos sílabas se convertirían en la carta de presentación de todos los latinoamericanos en el mundo.
Colombiano y orgulloso de serlo, nació el 9 de agosto de 1972 en una familia común y corriente. Tiene cinco hermanos, todos aficionados a la música, los que le inculcaron la misma pasión, razón por la que no recuerda cuando aprendió a tocar los primeros acordes de su guitarra.
A pesar de que nació en Medellín, creció en un pequeño pueblo llamado Carolina del Príncipe, en el que el éxito del ídolo llegó a tal punto que el 12 de octubre del 2007 se erigió una estatua en su honor.
Siempre dice que su música proviene de múltiples influencias y de muy variados estilos. Es así como señala dentro de sus grupos favoritos a Led Zeppelin, Pink Floyd, Silvio Rodríguez, Jimmy Hendrix e incluso el hip hopero Eminem. Sin embargo, no duda en declarar que no puede negar el lugar donde nació, por lo que sus creaciones están también fuertemente tocadas por el folclor y los vallenatos tan característicos de Colombia.
Su carrera artística se inició en Carolina, pero por una senda diferente a la que recorre hoy. A los 15 años, participó en el grupo de heavy metal Ehhymosis, con la que grabó cinco álbumes logrando gran fama en su país. El grupo existió durante ocho años.
Pero las fronteras de Colombia le quedaron chicas. Eran un pez grande como para estar encerrado en aquel círculo y en su destino estaba triunfar en el mundo. Se radicó en Los Ángeles, Estados Unidos, teniendo poco que perder pero mucho que ganar. Vivía en una pequeña pieza que pagaba con lo que lograba estirar de sus ahorros. Tocó muchas puertas hasta que el Grammy se rindió a sus pies.
Su primer disco, “Fíjate bien”, con claras letras sociales que se refieren, principalmente, a las minas antipersonales y las armas que terminan con la vida de miles de inocentes a diario.
El disco surgió cuando, por azar, llegó a la casa disquera de Gustavo Santaolalla llamada “La casa”. Ahí se encerraron durante 40 días y 40 noches hasta que salieron con un producto un poco más roquero de lo que es Juanes hoy, pero con un perfecto mensaje social. Por este trabajo, logra tres nominaciones al Grammy.