A pesar de que no logró grandes cifras en ventas, fue el perfecto preámbulo para lo que vendría después con su segundo disco “Un día normal”.
Es precisamente con éste último que se hizo conocido tanto en Chile como en la mayor parte de Latinoamérica gracias a su primer single, “A Dios le pido”, en el año 2002. A sus 27 años, se conviertió en toda una revelación musical y, por este disco, logró siete nominaciones al nombrado galardón.
Su música está cargada de mensajes en pro de la paz, especialmente para su país, marcado por la violencia causada por el narcotráfico. Pero no sólo se queda en las palabras como una pose para vender más discos. Juanes lleva sus ideales por delante, como una filosofía de vida.
Claro ejemplo de esto es el mensaje que dio en medio de su presentación en el pasado Festival de Viña del Mar, ocasión en la cual dijo “vivimos en una región espectacular, de tierra fértil y bendita. Es importante que estemos unidos porque todos somos iguales y las fronteras entre nosotros son absurdas”.
Además, lidera una de las fundaciones más importantes en Colombia, se trata de Mi Sangre, con sede en Medellín, la cual tiene como misión proteger a las víctimas de las minas antipersonales, ya que, como señala su portal web, Colombia es el único país de Latinoamérica que sigue instalando este tipo de dispositivos explosivos. Hacen especial énfasis en las víctimas inocentes de estos ataques, específicamente, en los niños.
También está ligado a la fundación Paz sin Fronteras, la cual busca promover la paz como un derecho universal en el que todas las naciones del mundo se adscriban a esta máxima. Para este propósito es que organizó un concierto en pro de los buenos lazos entre los seres humanos, el cual se realizó en marzo del año pasado y en el que participaron cantantes de la talla de Miguel Bosé, Alejandro Sanz y Ricardo Montaner.
Además, siempre ha señalado que para él el dinero no es lo más importante en la vida, con sus propias palabras es “un elemento útil para vivir, pero no para ser feliz”.
Y es que el éxito sólo es un instrumento para este cantante de intensos ojos verdes y vestimenta propia de quien no busca ostentaciones.
Ante esto, su fe en Dios, en las personas y en la música son de seguro el vehículo que lo llevarán a lo más alto del olimpo de las estrellas latinas y que, la solidez de su carrera y las buenas intenciones en sus palabras hará que sea recordado por muchos años como el que quiso cambiar América.