Debió esperar hasta el año 2005 para que EMI le diera un contrato, sin que el sello supiera muy bien el camino que debía tomar su nueva adquisición. Pero Allen no esperaría de brazos cruzados a que le diera el “vamos”, así que, siguiendo la tendencia de bandas como Arctic Monkeys, subió a su sitio de MySpace sus canciones, para conseguir a los meses miles de seguidores que avalaron el prometedor éxito de sus discos. Su primer hit fue la vengativa canción “Smile”.
“Yo escribí las estrofas y el estribillo de ‘Smile’ y (los productores) dijeron: ‘OK, ahora tenemos que hacer las medias octavas’ (...) Yo me relajé: ‘OK, bien. Medias octavas, extraño’. Pero tuve que dejar el estudio para llamar a mi representante y preguntarle: ‘¿Qué es una media octava?’, ha recordado, sin sonrojarse, la cantante.
Junto a la fama llegaron nuevos novios y más fiestas, que ahora hicieron públicas las borracheras de Lily, quien en reiteradas ocasiones se encargó personalmente de desmentir su embriaguez. Sin embargo, en otras oportunidades, también se preocupó de pedir disculpas públicas por sus deslices con la botella.
De hecho, tras salir de una entrega de premios en brazos de su pequeño hermano Alfie, totalmente borracha, escribió al día siguiente en su página:
“La última vez (...) defendí mi honor y dignidad, explicando mi inocencia y también indignación ante la prensa por insinuar que mi comportamiento fue vergonzoso. Esta vez, levanto mis manos. Quedé muy borracha anoche, muy borracha. No es divertido quedar así. Me sentí muy mal y tengo que agradecer a mi pequeño hermano Alf por llevarme a casa a salvo. Niños, beban con responsabilidad o terminarán así...”.
Debido a escenas como esta, la cantante ha declarado en varias ocasiones querer limpiar su imagen y ha procurado salir sobria y radiante de fiestas en las que sabe que la prensa esperará a la salida un show de tambaleos.