Lo normal es que la mujer libere un solo folículo durante la ovulación, mientras que los demás que lo acompañaron en el proceso de crecimiento se atrofian. Sin embargo, algunas veces pueden salir dos y ser fecundados dando paso a los mellizos. También, en aquellas mujeres en que se presentan problemas de fertilidad se administran medicamentos que dan origen a una poliovulación.
El gineco-obstetra Eghon Guzmán, presidente de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, afirma que la ovulación se puede determinar por signos externos y eso es lo que utiliza el método de planificación familiar de Billings. El cuello del útero tiene un tapón o mucosa cuya función es impedir el paso de los espermatozoides hacia el útero, pero cuando se produce la ovulación, este moco cambia sus características y no sólo facilita el paso de los espermios, sino que los capacita para fecundar al óvulo.
En el período de fertilidad el moco se vuelve transparente y elástico y ello se puede determinar al tacto. Además, en los días fértiles, la temperatura basal del cuerpo femenino se eleva. Así, mediante el seguimiento de la temperatura basal, las características del moco y el calendario se puede planificar en forma natural los embarazos.
En el período de menstruación, porque no ha habido fecundación, la actuación de las diversas hormonas pueden provocar desbalances emocionales en la mujer, de ahí que en esos días aumente su irritabilidad, hipersensibilidad a olores, mayor sensibilidad mamaria y cambios de comportamiento.
Los dolores que se perciben antes y durante la menstruación, se explican en parte por reflujo del flujo menstrual hacia la cavidad peritonial.
Cualquier alteración de la hipófisis, tiroides, glándulas suprarrenales y páncreas puede producir una alteración del ciclo menstrual de la mujer, así como otras patologías, entre ellas, el síndrome de ovario micropoliquístico.