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Dos polémicas mujeres
A
comienzo de los 20, ya con el nombre Rodolfo
Valentino, le da el palo al gato. Logra
obtener un papel protagónico en “Los
cuatro jinetes del Apocalipsis” donde
un expresivo y desenfrenado baile de tango
junto a Alice Ferry lo lanza al estrellato.
Su
elegante belleza, sus rasgos finos y a la
vez varoniles, un cuerpo musculoso y un
peinado perfecto, lo convierten en el hombre
más deseado por las jóvenes
mujeres de la post guerra, que están
aburridas de la formalidad de sus esposos
y bregan por mayor libertad. Su prototipo
de seductor lo lleva a erigirse en la fantasía
erótica de las americanas.
Además,
la pasión por el físico-culturismo,
nuevamente, le ha jugado una buena pasada.
En 1919, antes de consagrarse como estrella
conoce a la joven actriz Jean Acker. Uno
de los directores de un club deportivo lo
invita a la fiesta donde inicia con ella
una rápida amistad que culmina en
matrimonio el 5 de noviembre de ese año.
Sin
embargo, este paso da pie para que posteriores
biógrafos sustenten su condición
de homosexual. El matrimonio, que dura sólo
un mes, no se consuma, porque ella lo abandona
la noche de boda y tal como lo grita después
a los cuatro vientos, “Valentino no
funcionaba bien, era un buen amante, pero
de la tranquilidad”. Otra versión
señala que el enlace fue una pantalla,
porque Acker era lesbiana y mantenía
una relación con la célebre
actriz Alla Nazimova.
Este
hecho, sin embargo, no afecta su explosiva
fama. Continúa rodando películas
que consolidan su imagen de amante irresistible
y seductor. Pero su “estudiada sensualidad”
mantiene viva la duda sobre su virilidad
y de hecho, un cronista anónimo del
“Chicago Herald Examiner” le
enrostra su condición de gay y lo
acusa de ser un “dandy” afeminado
que corrompe las costumbres de ese país.
Rodolfo Valentino no permanece inmutable
frente a esto y reta al periodista a un
combate de boxeo para demostrar su virilidad,
pero el aludido no acpetó.
Antes
de terminar 1920 conoce a la actriz Natascia
Rambova, justo cuando comenzaba la grabación
de “Camille”. Inician un romance
que formalizan recién dos años
después.
A
pesar de que el actor había pedido
el divorcio a Jean Acker, los trámites
burocráticos lo convierten en bígamo.
De vacaciones con Rambova en Palms Springs,
deciden cruzar a México para casarse
el 13 de mayo de 1922. Ocho días
más tarde, el actor es arrestado
y Natascia lo abandona indignada, regresando
sola a Hollywood.
Un
grupo de amigos, entre los que se encuentran
la guionista June Mathis y el director George
Melford, pagan la fianza y Rambova lo perdona.
Un año después consiguen la
licencia oficial.
Su
relación con la actriz tiene altos
y bajos. Considerada ambiciosa y manipuladora,
además de lesbiana encubierta, maneja
los hilos de la carrera de su marido. Hija
de un riquísimo industrial de los
cosméticos, lo obliga a vivir de
modo extravagante y lo influencia al grado
de gatillar conflictos con las compañías
cinematográficas.
Tras
los éxitos de “El Sheik”
(1921) y “Sangre y arena” (1922),
Natascia se muestra descontenta con el guión
de Mathis para “El joven rajá”;
esto deriva en el rompimiento con la Paramount
en 1922. Este hecho marca el inicio de la
declinación del actor, que comienza
a peregrinar por diversos estudios y a sumar
fracasos en la pantalla grande.
En
el ámbito privado las cosas no van
mejor. El biógrafo David Bret, en
“Valentino, un sueño de deseo”,
asegura que Natascia tolera las infidelidades
de su esposo si es que son con otros hombres,
pero que se enfurece si las amantes son
mujeres como la actriz Marion Davies.
Y la confirmación de su condición
de bisexual u homosexual la hace el propio
Valentino. En su diario publicado después
de su muerte, en 1931, se recogen anotaciones
comprometedoras que no dejan dudas sobre
las inclinaciones del actor, aunque hay
dudas de la autenticidad de la obra.
Sea
como sea, una frase escrita por Valentino,
en París, dice: “5 de julio
(1924)… un bellísimo joven
me sigue desde un cuarto de hora y finalmente
me detiene frente al Ópera…
me fui a su casa y me besó con frenesí
ya en las escaleras… me sentí
liberado… hicimos el amor como dos
tigres, hasta el amanecer. Así me
vengue de Natascha”.
Otros
gustos podrían llevar a la duda también.
Su inclinación por la decoración,
las joyas lujosas y prendas de vestir de
la mejor calidad están consignados
como hobbies, al igual que su pasión
por las ciencias ocultas. De hecho, aseguraba
en ese tiempo tener capacidades de “médium”
que lograba conectarse con voces del más
allá tales como un jefe indio llamado
Pluma Negra.
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