El gigante japonés de la industria automotriz Toyota llamó a Washington a no “jugar a la política” con las problemáticas medioambientales luego que tomara fuerza en Estados Unidos la idea de la administración Biden en cuanto a establecer créditos fiscales exclusivos para quienes deseen adquirir vehículos eléctricos que son fabricados exclusivamente en Estados Unidos.
La medida analizada por la Casa Blanca suma así decenas de críticas y una creciente oposición extranjera donde no solo se ubican los grandes fabricantes, sino también más de una veintena de países que rechazan la iniciativa, ya que violaría acuerdos de libre comercio actualmente vigentes.
En el esfuerzo del presidente Joe Biden por ayudar a los trabajadores estadounidenses, la ley Build Back Better (Reconstruir mejor) propone entregar 4.500 dólares en créditos fiscales para los vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos por trabajadores sindicalizados.
Toyota, cuyas 10 fábricas de automóviles en Estados Unidos emplean a 36.000 trabajadores, sí está a favor de “incentivos a la compra de vehículos eléctricos a fin de acelerar la transición” a la electricidad, dijo la empresa en un comunicado.
Sin embargo, el fabricante de automóviles japonés agregó que los créditos propuestos para los vehículos fabricados por los sindicatos devalúan el trabajo de aquellos que decidieron no unirse a un sindicato, y envían un mensaje de que la promoción de los sindicatos es más importante que la lucha contra el cambio climático.
“No juguemos a la política con el medio ambiente, el trabajador del automóvil estadounidense ni el consumidor estadounidense. Esto no es justo. Esto no es correcto”, dijo Toyota.
Esta semana el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, y otras dos docenas de embajadores expresaron en una carta dirigida a los líderes del Senado y la Cámara de Representantes que esta normativa sería “discriminatoria” para los productores automotores extranjeros e iría “en detrimento” de compromisos comerciales internacionales.