SANTIAGO.-
Edgar Merino (30) conoce bien el fútbol femenino. Ha viajado por todo el mundo estudiándolo. Es el representante de la mayoría de las seleccionadas chilenas que acaban de brillar en la Copa América, entre ellas la capitana y portera
Christiane Endler, y actualmente maneja una agencia que cuenta con más de 50 jugadoras, de 12 nacionalidades distintas.
Una apuesta que este periodista chileno viene haciendo hace años, a pesar de que esta disciplina aún está lejos de dar le réditos que sí otorga el fútbol masculino. Por lo mismo, le entusiasmó la propuesta de la ANFP de crear dos divisiones para profesionalizar la liga chilena lo antes posible, algo que fue informado por
Emol la semana pasada.
"Chile debe proyectarse a eso, a que la actividad sea cada vez más seria. Pero es poco serio decir que la liga profesional se puede hacer ahora. Creo que hay muchas cosas que se tienen que analizar antes que hacer una liga profesional", cuestiona Merino.
A juicio del agente, el balompié femenino en nuestro país tiene demasiadas precariedades aún, por lo que las prioridades deben ser otras. "Por ejemplo se les tiene que dar un seguro de salud a todas las jugadoras, se tiene que regularizar la situación de los clubes, los requerimientos que hay. Otro asunto es que las jugadoras no pueden volver a pagar por estar en Primera División. Hay un montón de cosas antes que se deben hacer, se debe emparejar. El siguiente paso sería darle mayor competitividad a la liga, televisar algunos partidos", detalla el empresario.
Eso sí, Merino es optimista y cree que de aquí a dos años más, el objetivo se puede cumplir. Siempre y cuando se haga todo con seriedad.
"Mi idea es poder hacer esto en todo el mundo. No sólo en Chile. La idea es seguir creciendo. La idea es poder conquistar el mundo del fútbol femenino"
Edgar Merino
El caso que ilusiona al representante es el colombiano. El país cafetero lleva dos temporadas con una liga femenina profesional. Un modelo piloto de cinco meses que, asegura, calzaría perfecto en Chile. "Allá todos los clubes están obligados a hacer contratos a sus jugadoras", explica.
Una de sus "clientas" que conoce de cerca la competencia de Colombia es Carla Guerrero, quien milita en el Independiente de Santa Fe. Así resume su experiencia: "Allá me pagan. Entreno a las 8-9 de la mañana y entreno como un jugador profesional. En Chile muchas de nosotras tenemos que trabajar o estudiar. En cambio en Colombia me tratan como una jugadora profesional, que entrena en la mañana y tiene la tarde libre. Y así uno descansa y se mantiene en forma. Sería lo ideal que pasara acá en Chile".
El salto al fútbol femenino
Si bien Merino es uno de los representantes más reconocidos del fútbol femenino en Sudamérica, su agencia "Sólo Cracks" tuvo un inicio totalmente distinto: gestionando a la boxeadora Carolina "Crespita" Rodríguez y a la basquetbolista Ziomara Morrison en temas comunicacionales. Algo no tan alejado de su carrera de periodista.
No obstante, tras años viajando por el Viejo Continente y haciendo líneas de contacto, Merino decidió dar un vuelco. Y lo hizo a través de la jugadora más renombrada como es Chistiane Endler. "Le ofrecí volver a probar suerte en Europa y ella me dijo que sí, que había quedado con una espina clavada, que sentía que podía volver".
Ahí, en 2015, Merino vio un nicho que aún no era explotado. Llenó un vacío y asumió un desafío que nadie estaba dispuesto a realizar. "Me di cuenta de que lo que estaba haciendo con 'Tiane' se podía hacer también con otras jugadoras", recuerda.
Ahora tiene más de 50 representadas. Un crecimiento realmente meteórico.
De las seleccionadas que clasificaron al Mundial de Francia del próximo año, el empresario asesora a once. Además de Endler que está en el PSG francés, Merino trabaja con Yanara Aedo, que milita en el Washington Spirit de Estados Unidos, Francisca Lara del Sporting Huelva de España y María José Rojas del Orca Kamogawa de Japón. Sus redes están en todos los continentes.
Por otro lado, Merino cumplió un rol clave en mantener viva la ilusión de las jugadoras chilenas. Mientras en nuestro país el fútbol femenino se estancaba, él les abría las puertas al mundo. De paso, les aseguraba un sueldo que, si bien sigue estando muy lejos de lo que pueden ganar los hombres, al menos bastaba para sobrevivir. Ahora quiere hacer lo mismo con todas quienes quieran dedicarse a su sueño del balompié.
"No me cierro. Mi idea es poder hacer esto en todo el mundo. No sólo en Chile. La idea es seguir creciendo. La idea es poder conquistar el mundo del fútbol femenino", sentencia.
