El rostro de Max Hauke lo dice todo.
Captura de pantalla
SANTIAGO.- La operación para terminar con una red dedicada al dopaje en los Mundiales de esquí nórdico se vio marcada por una impactante imagen: el austriaco
Max Hauke fue sorprendido en pleno proceso de autotransfusión de sangre.
Cuando la policía entró a la habitación del
esquiador de fondo lo descubrió in fraganti con una aguja en el brazo, en un método de dopaje que es popular para quienes compiten en carreras largas.
Mediante este procedimiento, los deportistas extraen de su sangre y la conservan durante algunas semanas, para volver a inyectársela poco antes de salir a competir, aumentando así su cantidad de glóbulos rojos y elevando su capacidad física.
Junto a Hauke también fueron detenidos otros cuatro competidores, en una redada denominada "Operación Sangría" y que acabó con la red que era comandada por un médico alemán. Todos los deportistas quedaron suspendidos a la espera de su sanción por parte de la Federación Internacional de Esquí (FIE).
"La FIE no tolerará el dopaje en ninguna forma. Cualquier atleta, así como otras personas, que no respete las reglas y regulaciones que protegen a los deportistas limpios y la integridad de nuestro deporte serán castigados", declaró el presidente de la FIE, Gian-Franco Kasper.
"Espero que esta acción hecha con determinación envíe un mensaje claro a otros atletas de que habrá graves consecuencias personales, legales y deportivas contra los delincuentes del dopaje", agregó.
Según trascendió en los medios europeos, el agente que divulgó el video de Hauke mientras se dopaba fue dado de baja por la policía austriaca.
El video de Hauke