Roger Federer, de 37 años, viene de ganar -jugando a un excelente nivel- el Masters 1.000 de Miami, donde consiguió el título número 101 de su carrera.
A pesar de que el tenista helvético viene atravesando un notable presente, el sitio de la ATP le consultó al suizo sobre uno de los momentos más duros de su carrera: Cuando tuvo que operarse (por primera vez) por la rotura de un menisco después de llegar a semifinales del Australian Open 2016.
"Fue bastante complicado a nivel emocional, sobre todo después de la cirugía, al ver mi pie y pensar que quizás mi rodilla y mi pierna no volverían a ser las mismas. Pero rápidamente me dije que tenía que ponerme a trabajar a los pocos días de la operación, al volver del hospital", comenzó señalando el número 4 del mundo.
Debido a esta cirugía, Federer no pudo competir por cerca de dos meses. Y en su regreso, en la gira sobre arcilla, sentía que ya no era el mismo de antes.
"Por alguna razón, mi rodilla no estaba al 100% en la gira de tierra batida y además se añadieron problemas de espalda. Y con la rodilla y la espalda así decidí no jugar Roland Garros, no iba a poder ganar ningún partido en esas condiciones", agregó el ex 1 del orbe.
Ya para los torneos sobre pasto, Federer volvió y llegó a las semifinales en Stuttgart, Halle y Wimbledon. Justo después del tercer Grand Slam del año, el suizo decidió no jugar los JJ.OO. de Río y poner, anticipadamente, fin a su peor temporada como profesional. Esta determinación, cambió por completo el panorama de cara al 2017.
"Esa decisión me permite hacer una gran pretemporada, enfocarme en mi juego, y vuelvo en 2017 más fuerte de lo que nunca hubiera imaginado", sostuvo el europeo.
Y tras esto, habló sobre uno de los partidos más especiales de su carrera, cuando venció a Rafael Nadal en la final de Australia 2017, justo después de estar un semestre completo sin competir.
"Yo pensaba que volver a mi mejor nivel me llevaría la mitad de la temporada, pero todo se convirtió en un cuento de hadas ganando Australia a 'Rafa', yendo 3-1 abajo en el quinto set y remontando al final. Seguramente, uno de los momentos más especiales de toda mi carrera", cerró Federer.
Recordemos que en 2016 el suizo solo pudo disputar siete torneos y no obtuvo títulos. Después de parar de jugar todo el segundo semestre de esa temporada, los años siguientes fueron de ensueño: En 2017 se llevó siete trofeos, en 2018 se coronó en cuatro ocasiones y en lo que va de 2019 ya ha ganado dos campeonatos.