Handré Pollard en la semifinal contra Gales.
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Handré Pollard pasó de vivir días de pleno éxito a estar internado en una sala de hospital con el riesgo de que le amputaran una de sus extremidades. Conoció la oscuridad, pero no dejó que lo atrapara. Su ambición por el rugby nunca se fue. Este sábado (06:00 horas) el apertura juega con Sudáfrica la final del mundo ante Inglaterra y quiere demostrar por qué es el "elegido".
Desde que era un juvenil, Pollard carga en sus hombros con el peso de ser el futuro de los "Springboks". Con 18 años, fue la figura que guió al elenco nacional al título en el Mundial Sub-20 de 2012. Dos temporadas después, lo escogieron el mejor junior del mundo y debutó con la selección absoluta en el Rugby Championship. Ya para el 2015 era pilar del equipo que cayó en semifinales de la Copa del Mundo ante los "All-Blacks".
"Mis primeros tres años fueron...Estás en una nube y pierdes el contacto con la realidad porque todo está yendo muy bien", contó hace un tiempo.
Pero comenzarían los problemas. Se lesionó el hombro en Japón y jugando para los Bulls, escuadra de Pretoria que compite en el Super Rugby, sufrió la rotura de ligamentos en la rodilla. Para aprovechar el tiempo que iba a estar en el dique seco, se operó el hombro.
"Seis semanas después le dije al tipo que no debería estar tan adolorido, pero sí sentía mucho dolor. Era septicemia, ocurre un caso entre 20 mil personas, tienes que tener muy mala suerte para contraerla", explicó.
En el hospital había sufrido una infección a causa de un parásito. Los médicos le llegaron a decir que amputarle el brazo era un opción. Tuvo que tomar antibióticos por siete semanas. Asegura que en ese tiempo aprendió lo que de verdad vale la pena.
"Cuando estás en un hospital durante seis semanas, tienes tiempo más que suficiente para pensar no sólo en el rugby, sino en la vida en general. Llegas a saber quiénes son realmente tus amigos y quién se preocupa por ti. Soy un firme creyente en que 'hay una razón para todo', quiero decir que estuve fuera durante 13-14 meses, es bastante tiempo para reflexionar", contó.
Su regreso ha sido a lo grande. Con casi 100 kilos de peso, lidera la potente delantera sudafricana y ya tiene más puntos en Copas del Mundo que cualquier otro "Springbok" en la historia. A sus 25 años, quiere conquistarlo todo.