Sus fiestas eran inolvidables, cuentan.
AFP
Para nadie es un misterio que
Ronaldo Nazario brillaba dentro y fuera de la cancha. Conocido por sus goles y talento, pero también por su capacidad para organizar grandes fiestas.
Y en las últimas semanas han surgido detalles de los magnos eventos que realizaba el brasileño en su etapa como jugador.
Uno de los recientes relatos lo entregó uno de sus compañeros en el Real Madrid, el ex defensa Iván Helguera.
"Yo estuve en una fiesta de cumpleaños junto a mi mujer y de repente empezaron a aparecer autobuses de señoritas. Ahí ella me dijo que nos fuéramos para casa y a Figo igual. Esa fiesta fue en la casa de Ronaldo, la que luego le vendió a Sergio Ramos", contó el español.
Pero no fue el único testimonio que ha salido por estos días. También fue recordado un evento cuando el histórico goleador estuvo en el Corinthians.
"Estábamos de pretemporada, a 300 kilómetros de donde vivíamos. Un día entrenamos a la mañana y a las 11 nos liberaron hasta la noche. Él me decía que no quería quedarse ahí, pero yo le decía 'Gordo, estamos lejos de Sao Paulo. Cuando lleguemos ya nos tendremos que devolver'", sostuvo el argentino Matías Defederico al medio TNT Sports.
¿Entonces? "Llamó a un helicóptero. Después de una hora aterrizamos en la terraza de su edificio. Él tenía seguridad privada. Les fue diciendo uno por uno lo que tenían que hacer, como comprar la carne o invitar a tal persona. Armó un asado para 60 personas y lo cocinó él. A la hora de entrenar se armó una pool party... El Fenómeno es el apodo que mejor le calza", añadió.
Hace poco el inglés Peter Crouch también recordó un encuentro con el ex goleador. Aquel día lo conoció personalmente de una forma bastante particular.
"Lo conocí una vez, en realidad. Estaba de vacaciones en Ibiza y lo vi en la playa. Estaba ocupado, rodeado de botellas de cerveza y tenía un cenicero balanceando sobre su estómago", dijo.
Sin embargo, no sería todo. "Cada vez que terminaba su bebida, la supermodelo que estaba con él le traía otra. La oportunidad de tener una foto con él era demasiado buena para rechazarla, así que me acerqué. Esperaba que dijera: '¡Oh, eres Crouch!' pero no tenía idea de quién era yo. Tomamos la foto y me fui con él sin que supiera que yo también era futbolista".
