Michael Jordan es el mejor basquetbolista de todos los tiempos. Sin embargo, el documental The Last Dance exhibió su faceta más oscura. Maltrataba a sus compañeros para que jugaran como él quería y así obtener el éxito deseado.
Golpeó a Steve Kerr, dejó sin comida a Horace Grant y Will Perdue reconoció que le tenían miedo. Sin embargo, hubo uno que se le plantó: Robert Parish.
El pívot llegó a Chicago para la temporada 1996/97. A esas alturas de su carrera ya tenía tres campeonatos y había sido nueve veces "All-Star". Lo primero que le dijo "Air" fue: "Te voy a patear el culo".
"Entonces yo me acerqué un poco más y le contesté: 'No, realmente no lo vas a hacer'. Después de eso dejó de molestarme", contó Parish en entrevista con Jackie McMullan.
"Le dije que yo no estaba enamorado de él como los otros chicos. Yo también tenía mis anillos", agregó.
Parish, al que apodaban el "Jefe", jugó en Boston con el legendario Larry Bird y comparó el liderazgo de este con el Jordan o Magic Johnson.
"Lo que hace diferente a Larry de Magic o Jordan es que no era el típico líder que te saltaba en la cara. Tenía mucho respeto por sus compañeros y si no tenías una buena noche te animaba o no te decía nada. Por el contrario, Magic y Jordan saltarían sobre ti", apuntó.