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Magnus Carlsen, el genio del ajedrez al que le cuesta controlar sus emociones y que va camino a ser el mejor de la historia

"En realidad lo que importa no es el título, si no que lo tenga otro", es una de sus frases más recordadas.

06 de Julio de 2020 | 22:00 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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EFE
El noruego Magnus Carlsen es el rey del ajedrez. Gana, gana y gana. A veces con una facilidad insultante y tritura marcas de las grandes leyendas. Está tan acostumbrado al triunfo que las pocas veces que pierde termina tirando la chaqueta contra el piso. No hay nada que disfrute más que ver a su rivales doblegarse mentalmente contra él. Como Michael Jordan, cree firmemente que se necesita ser cruel para ganar.


"Ser campeón del mundo se ha convertido en una parte de mi identidad, de modo que hablamos de algo muy serio. En realidad, lo que me importa no es el título, sino que lo tenga otro", confesó en la revista Time.

¿Es el mejor de todos los tiempos? Imposible determinarlo por ahora, pero todo indica que para allá va, aunque a veces se aburra.

"Es muy difícil motivarlo. Le digo que, si bien más arriba del número uno no hay nada, por debajo hace mucho frío", cuenta su padre Henrik.

Magnus Carlsen fue un niño prodigio. A los dos años ya armaba complejos rompecabezas y a los cinco sorprendía recitando de memoria todas las capitales del mundo. Su papá, ingeniero al igual que su mamá, creyó que lo ayudaría aprender ajedrez. Su primer objetivo fue ganarles a sus tres hermanas mayores: Ellen, Signe e Ingrid.

En el colegio se aburría con facilidad y sus compañeros lo acosaban por "nerd". Su refugio era el tablero y los viajes.

Como nativo digital, siempre tuvo el computador disponible para entrenar y así conocer los trucos que a los de la vieja guardia les tomó mucho tiempo dominar. Su ascenso fue voraz. Gran maestro a los 13, número uno por primera vez a los 18, campeón mundial a los 22.

No necesita hablar mucho. Sus récords golpean el tablero con la contundencia de un mazo. Alcanzó un increíble puntaje Elo de 2882, 120 partidas consecutivas ganadas y obtuvo los tres campeonatos mundiales: el clásico, el rápido y el blitz.


Su popularidad llega a tal nivel que lo invitaron a hacer el saque de honor en un partido del Real Madrid y en su país uno de los bancos más importantes tuvo que bloquear la página en que se transmitían sus competencias porque bajaba considerablemente la productividad.

"Sin dudas va camino a ser el mejor de la historia aunque le faltan diez años para igualar a Kasparov y eso es mucho tiempo, aunque de momento, yo no le veo rival que pueda amenazarlo", expresó el ex campeón del mundo Veselin Topalov a Infobae.

Algunos expertos creen que su punto débil son las aperturas y la dinámica de su juego, pero Carlsen tiene una opinión diferente, que no tiene relación con la técnica.

"Reconozco que mi principal problema es el control de mis emociones; debo trabajar seriamente en la preparación psicológica", declaró.

Carlsen acaba de ganar en la 1ª partida de la 2ª manga de la final Chessable Masters (Chess24.com) frente a Anish Giri. Lo hizo con movimientos bellos y precisos. Antes había hecho noticia porque se dejó vencer, ya que su rival perdió la conexión a internet. El gesto más humano del rey
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