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La increíble historia del patinador australiano que ganó oro olímpico gracias a una curiosa táctica y una asombrosa racha

Steven Bradbury es toda una celebridad en su país.

20 de Julio de 2020 | 10:50 | Redactado por Felipe Muñoz, Emol
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El patinaje de velocidad sobre hielo es un deporte impredecible. Esto porque años de entrenamiento se pueden ir por la borda debido a la suerte o el azar existente en tan pocos metros y a tanta velocidad.

Esto bien lo sabe el australiano Steven Bradbury, pero para bien. Su historia en los Juegos Olímpicos de Invierno en Salt Lake 2002 es para enmarcarla. De ensueño.


Para aquel año, la carrera de Bradbury iba en picada. Atrás habían quedado sus mejores temporadas, cuando ganó tres medallas en Mundiales de patinaje en pista corta en 1994 y un tercer puesto en los JJ.OO. de Invierno en Noruega.

Para Salt Lake 2002, con 28 años y varias lesiones en el cuerpo -incluso la fractura de dos vértebras del cuello-, se inscribió en todas las categorías posibles. Lo que pasó fue sorprendente.

En la prueba de pista corta de 1000 metros, superó la primera ronda con cierta facilidad debido a su experiencia y clasificó a cuartos. En esa fase, Bradbury no esperaba demasiado. De hecho, él mismo dijo que no tenía ninguna chance debido a su edad y que su tiempo de recuperación entre carrera y carrera era menor.

Su táctica, entonces, fue quedarse atrás y esperar. Y le resultó. En cuartos quedó tercero tras el estadounidense Apolo Anton Ohno y canadiense defensor del campeonato mundial Marc Gagnon. Los dos primeros pasaban, pero Gagnon fue descalificado por obstrucción y así el australiano clasificaba. De no creer.

En semis se enfrentaba al coreano Kim Dong-Sung, al japonés Satoru Terao, al chino Li Jianjun y al canadiense Mathie Turcotte. El oceánico arrancó último y luego vino la suerte.

Dong-Sung se cayó, poco después lo hicieron Jiajun y Turcotte en apenas segundos. Llegó segundo y celebraba, sin embargo, Terao fue descalificado y el australiano alcanzó la final en la primera posición. Jianjun y Turcotte clasificaron también a la final pese a sus caídas.


Pero en la final sí que vino la hazaña. Ahora, aparte de Jianjun y Turcotte, también estaba Apolo Anton Ohno y el surcoreano Ahn Hyun-Soo, figuras de este deporte.

Sabiéndose físicamente inferior debido a su edad, repitió la estrategia. Último toda la carrera, llegó la vuelta final. Y la euforia.

Bradbury estaba en la cola, y ahí, Jianjun que iba tercero perdió el equilibrio y salió de la carrera. Hyun Soon intentó esquivarlo, pero al hacerlo chocó con Ohno y Turcotte, que también pasaba por ahí, cayó.

El australiano pasó la meta con tranquilidad y en primera posición. Ganaba de esa forma su primer oro olímpico. Sin querer. "No estaba seguro de si debía irme celebrarlo o a esconderme en un rincón", dijo tras la carrera.

Su proeza lo transformó en toda una celebridad en Australia: De hecho, según Urban Dictionary, la expresión "hacer un Bradbury" significa "ganar por circunstancias increíbles, a pesar de partir en desventaja".

Hoy el héroe oceánico tiene 46 años y es coach y un motivador nato. Publicó una biografía en 2005. Sí que tiene cosas que contar.
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