Timo Werner y una pancarta contra el club.
Agencias/Emol
El RB Leipzig, junto con el Atalanta, es la revelación de la Champions League. Con un vistoso y dinámico fútbol, el equipo alemán humilló al Tottenham de José Mourinho y en cuartos desafiará al Atlético de Diego Simeone.
Los "Toros Rojos" vienen de terminar terceros en la Bundesliga. En su plantel están los seleccionados alemanes Marcel Halstenberg, Lukas Klostermann y Timo Werner, además de la joven promesa española Dani Olmo.
El crecimiento de este club ha sido impresionante. Hace diez años ni siquiera existía. La marca Red Bull ya tenía equipos en Austria (Salzburgo), Estados Unidos (Nueva York) y deseaba expandirse a Alemania. La leyenda Franz Beckenbauer le recomendó ir a Leipzig porque la ciudad no tenía un equipo competitivo desde la época de Alemania del Este. Lo que no estaba en sus planes era el orgullo de los hinchas y la hostilidad que recibirían.
La multinacional de bebidas energéticas lo intentó primero con el Sachsen Leipzig, pero la justicia alemana vetó la compra porque no se permite que un equipo lleve el nombre de una empresa (salvo Wolfsburgo y Bayer Leverkusen). Luego quisieron comprar el Lokomotiv de Leipzig, sin embargo, los hinchas amenazaron de muerte al presidente si vendía. Finalmente, Red Bull logró comprar la plaza del SSV Markranstädt, de la quinta división, y lo renombró RB Leipzig.
Partió jugando en ligas regionales y en menos de diez años se convirtió en uno de los más poderosos de la Bundesliga gracias a una inversión de más de 100 millones de euros. Sin embargo, su éxito despierta antipatía. En Alemania se respetan las tradiciones y es visto como un club sin alma, sin identidad, un artificio de los negocios, una sucursal más de una empresa que factura cifras estratosféricas cada año.
"En los partidos que jugamos contra ellos, nuestra afición preparó un show antes del partido en el que cientos de latas falsas de la bebida que representa a nuestro rival, eran lanzadas al césped destruidas. Lo que querían demostrar es que antes de grandes empresas que acaban con los valores del club, lo que de verdad importa son sus bases y la afición que quiso elegir ser de este club con libertad y amor, no con elección empresarial o por obligación por la idea millonaria de algún empresario", recordó el español Guillermo Vallori cuando jugaba en el 1860 Munich.
Los aficionados del Heidenheim, de la segunda división, empapelaron el bus del plantel del RB Leipzig con billetes falsos, mientras que los del Unión Berlín asistieron de negro al estadio cuando les tocó enfrentar a los "Toros Rojos". Así expresaban que la "cultura del fútbol había muerto".
"Sacrifiquen al Toro", "Red Bull, enemigo del fútbol", son las pancartas que suelen aparecer en las hinchadas rivales. Los hinchas más radicales del Dynamo Dresden incluso lanzaron al campo una cabeza de toro. El club fue multado. El presidente del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke, ha sido uno de los más críticos con el RB Leipzig.
"Es un equipo que juega al fútbol para vender latas de bebida energética", afirmó. Esas declaraciones le valieron fuertes críticas. Simpatizantes del Leipzig fueron agredidos con palos, piedras y botellas por los del Dortmund.
El técnico Ralf Ragnick partió como director deportivo y construyó las bases de la institución. Se ha defendido de estas acusaciones. "¿Para qué necesitas a los socios? Yo estoy más interesado en el número de aficionados que tenemos. Para nosotros es completamente irrelevante lo de las bebidas energéticas. No tiene nada que ver con lo que nosotros hacemos", comentó. Gracias a una billetera poderosa el RB Leipzig se codea con la élite europea y quiere seguir creciendo. Tienen claro que a los románticos nunca les gustará su modelo.