Fue una aparición fulgurante. De esas que estremecen, ilusionan y evocan glorias del pasado. Caleb Clarke tiene solo 21 años y el último domingo hizo su estreno oficial como titular con los All Blacks en la Bledisloe Cup ante Australia. Exhibió una mezcla de potencia y velocidad que hizo delirar a los fanáticos que llegaron a Eden Park. Muchos ya lo comparan con el legendario Jonah Lomu, el jugador más icónico en la historia del rugby. Se retiró ovacionado por 46 mil personas.
A principios de este año, Clarke tenía como meta conseguir una medalla olímpica con el equipo de seven, pero la pandemia le abrió una oportunidad en el XV. Jugando para Auckland Blues llamó la atención del entrenador Ian Foster. "Tuve que pedir permiso para dejar la práctica por un momento. Mi estómago estaba revuelto, necesitaba ir al baño. Me estaban diciendo que iba a jugar con la camiseta número 11, la que usó Jonah Lomu", expresó.
Su mejor jugada fue a los cinco minutos del segundo tiempo. Cazó una pelota en el aire e inició una carrera frenética que hizo estrellarse a dos defensores y dejó a varios más desparramados. El wing pareció ser Lomu por instantes.
"Cuando tienes la pelota, solo corre. No tienes que pensar en nada más", expresó luego del encuentro. Su abuela lo miraba desde la tribuna. Hace poco falleció su abuelo y lloraron juntos.
El gusto por el rugby le viene por familia. Su padre, Eroni, también jugó para los All Blacks y fue compañero de Lomu, con el que compartió algunos momentos antes de que falleciera.
"Fue una gran parte de mi infancia y sé que fue una gran parte de la vida de mi papá. Cuando falleció, él quedó muy afectado, no fue el mismo por unas semanas. Siento que tengo la gran responsabilidad de hacer justicia por la camiseta. Va a ser un sentimiento especial", apuntó.
Tiene las piernas gruesas y un peinado frondoso. Siempre con una sonrisa en el rostro. Sus compañeros se sorprenden. Les está preguntando constantemente qué puede mejorar.
"El incomparable impacto de Lomu se debió a su comerciabilidad como individuo y la marca All Black pudo sentarse felizmente sobre sus colosales hombros para subir en la apuesta del reconocimiento mundial. Eso fue hace 25 años, y aunque es demasiado pronto para decir que Clarke puede tener un impacto similar, valdría la pena reconsiderar la forma en que se comercializan los All Blacks", expresó el medio RNZ.
"Los All Blacks podrían haber desenterrado al siguiente Jonah Lomu después de que Caleb Clarke, de 21 años, demostrara ser un paquete de demolición de un solo hombre", añadió Taipei Times.
Clarke, al que le gusta tocar el piano, parece condenado al éxito. De ahora en adelante cargará con el peso de una leyenda.
"Es un individuo un poco complicado. Tiene conciencia de quién es y de lo bueno que es. Cree en eso. Solo quiere la pelota y correr. Hace lo que ama hacer. Eso es lo que debería hacer todos", opinó Foster.
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