Había ilusión. Mucha ilusión. La Universidad Católica le había ganado 2-1 a Vélez en Argentina y en casa tenía la opción de abrochar su paso a semis de la Copa Sudamericana. Sin embargo, desperdició su ventaja. Lo perdió 3-1 con un final trágico.
Parecía que el duelo se iba a los penales. Pero un gol en el último minuto de tiempo agregado expandió la amargura en San Carlos de Apoquindo.
Esta noche los cruzados mostraron una cara muy distinta a la de Buenos Aires. De entrada sufrieron con la presión alta que imponía la visita. El primer gol llegó a los 17'. No sin polémica. El balón rebotó en la mano de Juan Fuentes y luego de revisar en el VAR el árbitro cobró penal. Cristian Torragona lo convirtió.
La UC no tenía claridad. El chileno Pablo Galdames tenía bien tomado a Luciano Aued e Ignacio Saavedra no aparecía. Tampoco Edson Puch por la orilla. Se extrañaba demasiado a Fernando Zampedri como punta de lanza. Los trasandinos necesitaban un tanto más. Casi lo logran. El palo y el portero Matías Dituro lo evitaron.
Mejoró el local en el segundo tiempo. Si bien seguía sin ideas, tenía otra intención, más empuje. Poco a poco fue acorralando a Vélez y Aued lo empató desde el punto penal en los 68'.
Sin embargo, la alegría no le duró nada a los dirigidos por Ariel Holan. Solo cuatro minutos. Luca Orellano encaró por la derecha, enganchó hacia el centro y sacó un tremendo zurdazo desde fuera del área.
Vélez lo quería liquidar. Tenía el colmillo afilado. Otra vez el palo y Dituro con el pie mantenían con vida a una Católica desdibujada, sin soluciones.
Parecía que el duelo se iba a los penales. Pero en la última jugada del partido los velezanos aprovecharon un tiro libre. Ricky Alvárez puso el balón en el área y Juan Martín Lucero los durmió a todos. Con un cabezazo le puso fin al sueño continental del elenco nacional.