La jornada 5 del Australian Open fue un
verdadero infierno para Novak Djokovic (1°). Aunque pudo llevarse la victoria en cinco sets frente a Taylor Fritz (27°), lo que se robó las miradas fueron continuas
expresiones de dolor del serbio que pusieron en duda su continuidad durante el partido.
Sufría un grave dolor en el costado derecho de la zona abdominal, lo que le obligó a pedir tiempos de tratamiento para que el fisioterapeuta pudiera masajearle y así continuar con el juego. Afortunadamente también hubo una pausa para que los espectadores abandonaran el recinto debido a la cuarentena que inició en Melbourne a las 24:00 horas que le dio más minutos para atenderse.
"Es un desgarro muscular, lo sé, definitivamente. En mi cabeza debatía si retirarme después de pedir el primer tiempo médico al principio del tercer set. No podía moverme, girar, no podía restar. Lo único que podía hacer era sacar, y eso me salvó", declaró después de su triunfo.
"Estoy triste y preocupado. No sé si pisaré la cancha o no, no sé si podré manejar la situación en dos días. La gente no puede entender cómo lo pasé en pista", complementó.
Tal como dice, tiene muy poco tiempo para recuperarse de cara al encuentro por los octavos de final frente al canadiense Milos Raonic (14°), por lo que pone en duda su continuidad en el torneo.
"Es una de las victorias más especiales en mi vida. En estas circunstancias, no importa la ronda o el rival, es algo que recordaré siempre. Solo traté de mantenerme con vida y esperaba que todo lo que estaba sucediendo fuera temporal", explicó que lo pasó realmente mal en las más de cuatro horas que duró el juego.
"Es uno de los triunfos más raros de mi carrera", sentenció.
