"Lamentamos hacer un anuncio muy triste". Así comenzaba el comunicado en que Kay anunciaba la muerte de su esposo: Marvin Hagler. "Marvelous" reinó entre los pesos medianos en la década del ochenta y se ganó indiscutidamente un lugar importante en la historia del boxeo.
El estadounidense brilló en una época brava, llena de talento, en la que los mejores peleaban contra los mejores. Formó parte de ese excelso grupo de púgiles al que se llamó "Los Cuatro Fantásticos" y estuvo cara a cara con nombres que acabaron siendo leyendas como él.
Hagler no se sentía un artista arriba del ring. Era fuerte como una roca, un boxeador voraz de estilo ortodoxo que siempre buscaba la corta distancia para impactar con la potencia de sus brazos. Sus inicios fueron durísimos.
Era el mayor de seis hermanos y su padre los abandonó cuando todavía eran unos años. Creció en la pobreza. A los 13 años, vio morir a 26 personas y su casa fue arrasada durante una serie de revueltas raciales ocurridos en Newark, Nueva Jersey. Se mudó a Brockton, Massachusetts, y allí comenzó en el arte de los puños.
Demostraba técnica, aguante y valentía. Sin embargo, no era tenido en cuenta para pelear por el título del mundo. El mítico Joe Frazier le dijo que tenía tres cosas en contra: "Eres bueno, eres zurdo y eres negro".
Su gran oportunidad no la consiguió en Estados Unidos. Tuvo que viajar a Inglaterra para desafiar a Alan Minter en la arena de Wembley. En la previa, Minter tuvo la mala ocurrencia de decir que ningún negro le quitaría la corona. Hagler se quedó con el título en una noche inolvidable.
"Marvelous" llegó a tener un invicto de más de once años. En ese tiempo se impuso a rivales ilustres como Roberto "Mano de Piedra" Durán y a Tommy Hearns en un duelo salvaje que es conocido como "La Guerra". Solo Juan Domingo Roldán lo hizo tocar la lona y aún así no lo pudo vencer.
"El boxeo se trata de un deporte muy duro. Pero no me refiero a los golpes, sino a la preparación que se necesita para subir a un ring a pelear. El entrenamiento debe ser bien intenso y tomado muy seriamente si uno quiere llegar a ser campeón del mundo. Un futbolista, por ejemplo, puede jugar dos partidos en una semana. Nosotros necesitamos meses de recuperación entre una pelea y otra. Mis 14 combates por el título del mundo los hice en siete años, por ejemplo", le comentó al diario Clarín de Argentina.
Se retiró luego de perder con Sugar Ray Leonard en Las Vegas. El fallo generó una polémica enorme. Hagler estaba muy molesto, se sentía robado. Se instaló en Italia y encontró otra pasión. Apareció en varias películas.
"A pesar de que me gusta comentar boxeo para la TV o hacer obras de caridad, quiero volver a sentir la posibilidad de interpretar a una persona. Tiene sus atractivos. El cine no es real. Es falso, una fantasía. Puedes morirte en una película y volver a actuar en la siguiente. Lo vivo igual a como viví el boxeo", afirmó.
Hagler falleció a los 66 años. Terminó su carrera con un impresionante récord de 62-3-2 con 52 nocaut. Se le reconoce como alguien que se forjó así mismo. Un guerrero espartano que no tuvo ningún tipo de privilegios para llegar a la cima.
