Era un partido histórico y así lo fue. El español
Rafael Nadal se coronó por segunda vez campeón del Abierto de Australia, tras derrotar en la final al ruso
Daniil Medvedev.
En un Rod Laver Arena casi completo, Nadal (5° ATP) venció por 2-6, 6-7 (5), 6-4, 6-4 y 7-5 a Medvedev (2°), en cinco horas y 25 minutos de partido en Melbourne Park.
Era un duelo histórico, porque el que ganaba marcaría un hito enorme. En el caso del español estaba la chance de desempatar con Roger Federer y Novak Djokovic en títulos majors llegando a 21. Y el ruso quería ser el primer tenista en ganar sus dos primeros torneos "grandes" de forma seguida y además contaba con la posibilidad de ser número uno del mundo en unas semanas.
Pero fue el zurdo, que rompió todos los registros. Conquistó su segunda corona en Australia (había ganado en 2009) y así llegó a 21 torneos de Grand Slam, siendo el primero en hacerlo y se candidateó para ser considerado el mejor de la historia.
Nadal, a sus 35 años, dio vuelta a un partido prácticamente perdido ante el ruso, que lo pasó por encima durante dos sets y medio. Pero allí llegó la reacción del hispano, que poco a poco fue armando este regreso épico que tuvo un momento clave: en el tercer parcial estuvo sirviendo 2-3 y 0-40, pero logró salvar ese game y luego le quebró al de Moscú para ganar la manga por 6-4.
Eso fue el punto de inflexión del match, porque el dirigido por Carlos Moyá se inspiró en el cuarto. Consiguió dos breaks contra uno de su oponente y se quedó el parcial por 6-4 para enviar todo al quinto.
El último fue extenuante para los jugadores y los presentes. El español quebró primero, se adelantó hasta 5-4 y sirvió para ganar el torneo. Sin embargo, Medvedev logró el break en ese dramático game y resucitó para igualar a cinco con mucha garra. Pero, tras cartón, reapareció la furia del nacido en Manacor, que convirtió otro punto de quiebre para irse 6-5 arriba.
Allí no falló. El ex número uno del mundo ganó su servicio en cero y no pudo aguantar la emoción ante el delirio de los fanáticos que llenaron la cancha central apoyándolo.
Después de casi seis meses fuera del circuito por lesión y 476 días después de ganar su último Roland Garros, Nadal se llevó un partido que vamos a recordar por mucho tiempo, más bien, para siempre.
