Juan Martín Lucero ha sido la gran figura del Colo Colo campeón 2022. Un nueve como hace tiempo no se veía en el Monumental, con trazos finos y artillería pesada.
"Es un jugador impresionante", lo elogió el técnico Gustavo Quinteros. "Tu llegada le dio un plus al club, encajaste de manera fenomenal", le dijo el histórico Esteban Paredes.
El argentino lleva 15 goles en el Torneo Nacional, hizo cuatro en Copa Libertadores, otros cuatro en Copa Chile y uno en la Sudamericana. Pero no solo vive del gol. Puede aguantar de espaldas, salir del área, moverse hacia los costados para generarle espacios a los compañeros.
Es el favorito de los hinchas. Cuenta que graba tantos saludos al día que ya tiene un guion preestablecido. En este momento dice estar en equilibro. Personal y profesional. Le gusta el club, se siente cómodo en Santiago, tiene a la familia cerca. Su préstamo termina a fin de año y si Colo Colo quiere retenerlo debe pagar 900 mil dólares.
"Mi continuidad depende de Colo Colo. Ellos tienen la opción y tienen que ejecutarla. Yo me quiero quedar, lo he dicho, los dirigentes lo saben, estoy contento acá. Tenemos un gran grupo", le dice a Emol.
Lucero nació en Mendoza. Dejó su casa a los 14 años para sumarse a Defensa y Justicia. Se tuvo que instalar en una pensión de Buenos Aires. "Dos veces me quisieron dejar libre", apunta.
El "Gato" se sobrepuso, convenció y logró llegar al primer equipo de Defensa. Pero no fue sencillo afirmarse en Primera División. Al principio ni siquiera lo citaban.
"Me acuerdo de esa época. Son procesos. Tuve que madurar y crecer. A veces queremos todo ya, pero hay que adaptarse. Compartí con Cristian Milla (ex Universidad de Chile), yo era muy chico. Me ayudó Él era un gran jugador y aprendí mucho de él", expresa.
En esa época, conoció al psicólogo Gustavo Goñi en el "Halcón de Varela". Sin embargo, al principio no confiaba en él. Pensaba que todo lo que le dijera iba a llegar a oídos del entrenador.
"'Yo no voy a hablar con vos le decía'. No entendía lo que era la psicología", declara.
El delantero se entrenaba bien, cuidaba la alimentación y las salidas. Pero no rendía como él pensaba que podía hacerlo. Poco a poco se comenzó a soltar con el psicólogo, le contaba lo que sentía. Se notaron los cambios. Fue goleador del Nacional B de Argentina en 2014 con 24 dianas en 37 encuentros.
De Defensa y Justicia saltó a Independiente. Le costó manejar la presión de estar en un grande. Entender cómo se iba de la euforia a la histeria por un partido.
La carrera de Lucero ha sido sinuosa. De Independiente se fue a la exótica liga de Malasia para jugar en el Johor Darul Takzim, de ahí llegó al Tijuana en México y luego volvió a Argentina para defender a Defensa y Justicia, Godoy Cruz y Vélez. En algunos lugares le fue bien, en otros no tanto.
Con 31 años, ha aprendido a desarrollar la tolerancia a la frustración. Conoce sus virtudes y defectos. Lidia mejor con la ansiedad que le genera no convertir en un partido.
En el plantel de Colo Colo ve muchos juveniles en situaciones parecidas a la suya cuando arrancó. Tienen pocos minutos o derechamente no son considerados. Trata de aconsejarlos.
"Es lo más normal que no les toque jugar. Son procesos que van teniendo los jugadores, los más chicos. El mejor ejemplo acá, para que ellos lo puedan sentir y ver, es Vicente Pizarro. A base de esfuerzo y trabajo se ganó el cariño de todos y la titularidad", cierra.
Ping pong
Mejor gol: "Fue uno que hice contra Crucero del Norte jugando por Defensa y Justicia en Argentina. Una cucharita en área chica. En Chile el mejor gol fue contra Everton, el primero que hice por Colo Colo".
Su mejor partido de la temporada: Contra la U en Talca.
¿Ganar o marcar?: Soy feliz si Colo Colo gana.
Defensor más mañoso de Chile: "Emiliano amor, je". (son compañeros en Colo Colo).
Mejor jugador del año en el "Cacique": "'Vicho' Pizarro".
