Una conmoción cerebral fue la razón para que
Sammis Reyes decidiera terminar su carrera como jugador de fútbol americano en la NFL.
El chileno pertenecía a los Jacksonville Jaguars, pero el golpe en la cabeza que recibió hace dos semanas han complicado su día a día. Tuvo que dar un paso al costado priorizando su salud.
"Hace unas dos semanas sufrí una conmoción cerebral que ha persistido por un poco más del tiempo del que esperaba. Fue después de siete días sin dormir y síntomas dolorosos en que me di cuenta que esto no estaba bien", dijo Reyes en el video que anunció su retiro.
Y es que tipo de lesiones no son poco frecuentes en la NFL.
Es más. Hay más de 200 por temporada, con el peak en 2017, con 281.
El tema es que estos golpes en la cabeza han traído consecuencias para varios jugadores retirados, aunque las investigaciones aún no sean 100% concluyentes, ya que recién a comienzos del siglo se empezó a indagar sobre lo que generan las repetidas conmociones.
Pero casos hay varios.Y es que los fuertes impactos que estos deportistas sufren habitualmente tienen efectos. El caso más icónico fue el de Mike Webster, que incluso provocó que hicieran una película acerca del tema.
Webster fue una figura histórica de los Pittsburgh Steelers, quien en 1997 presentó un requerimiento por incapacidad. Acusó que su largo bagaje en la NFL le generó demencia.
Su final fue abrupto. Murió en 2003 de un paro tras tener varias enfermedades cognitivas. En su autopsia, quedó en evidencia daños cerebrales más que profundos.
Existe otro caso terrible. Phillip Adams fue profesional por cinco años de la NFL (2010-2015), jugando 78 partidos en total. El 8 de abril de 2021, mató a cinco personas y luego se suicidó en Carolina del Sur.
"Hace unas dos semanas sufrí una conmoción cerebral que ha persistido por un poco más del tiempo del que esperaba. Fue después de siete días sin dormir y síntomas dolorosos en que me di cuenta que esto no estaba bien"
Sammis Reyes
Su autopsia, reveló un grave daño cerebral en el lóbula frontal. La doctora Ann McKee, quien examinó su cerebro, sostuvo que los 20 años que jugó fútbol americano "sin duda... propiciaron" el diagnóstico de enefalopatía traumática crónica de etapa 2.
Esta enfermedad, conocida como ETC, se atribuye a constantes traumatismos en la cabeza y conmociones. Genera síntomas como arrebatos de ira y pérdidas de la memoria.
McKee también añadió que 24 jugadores de la NFL diagnosticados con ETC, tras fallecer entre 20 y 30 años, tenían la etapa 2 como Adams. La etapa 4 es la más grave, asociada con demencia.
Hay otros casos como el de Terry Long, quien se suicidó en 2005 con 45 años y cuya autopsia arrojó ETC, o el de Jovan Belcher, que mató a su novia y se quitó la vida en 2012, y que también tenía ETC.
Un estudio de 2012 aseguró además que los jugadores de la NFL tienen cuatro veces más chances de sufrir diversas enfermedades como Alzheimer o ELA que la población normal, como también de tener depresión o demencia.
La NFL en 2009 inició varios protocolos para hacer frente a estas conmociones, comunes en el desarrollo del juego. Cada vez que un jugador recibe un golpe en la cabeza se examina por un médico independiente y solo con su aprobación puede volver al campo.
De aparecer algo serio, se saca de inmediato del plantel para evitar mayores consecuencias.