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El crudo relato del colombiano Fredy Guarín sobre su adicción al alcohol

"Le toqué la puerta al diablo", afirmó.

27 de Mayo de 2024 | 18:08 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Fredy Guarín.

AFP
Fredy Guarín tuvo una carrera brillante. Jugó en Boca Juniors, fue multicampeón con el Porto en Europa, llegó al Inter de Milán (donde fue compañero de Gary Medel) y disputó un mundial con la selección de Colombia. Sin embargo, su adicción al alcohol lo llevó a vivir momentos terribles. En redes sociales más de una vez se difundieron videos de él que generaron muchísima preocupación.

Guarín, de 37 años, hoy asegura estar mejor y habló con sinceridad sobre su problema. "La verdad fue que me desvié. Mi decisión fue aferrarme al alcohol, muchos errores cometí, malas decisiones, lastimé a mucha gente, hice sentir mal a mis allegados, mi círculo social, familiares. El alcohol siempre fue el peor detonante para todo lo que vieron ustedes", le dijo a la revista Semana.


En la nota, al ex futbolista le preguntaron directamente: "¿Usted es alcohólico?". "Cien por ciento. Yo soy un alcohólico y lo reconozco. Soy un adicto en recuperación. Recuerdo lo que no se hizo bien, qué se hizo mal. Aprender es una gran motivación", respondió.

El "Guaro" reveló cómo se convirtió en un adicto. Su peor momento fue cuando salió de Millonarios. Poco antes de eso, protagonizó un escándalo. Fue detenido por violencia intrafamiliar y agredió a un policía.

"Yo fui alcohólico social durante varios años; estando activo en el fútbol, vivía en un consumo. Ahí empezó mi proceder y a descargarme, por decirlo así, en tomar malas decisiones. Cuando salgo de Millonarios fue el punto más profundo que toqué, porque durante estos últimos tres años caí en el fondo de mi adicción. Ya no daba, había perdido mi dignidad, mi círculo social cercano, la confianza de seres queridos y de lo más importante y valioso que yo tengo, que son mis tres hijos. Perdí muchas cosas de valor sentimental, amoroso. Llegó un punto en que ya no podía más seguir de esa forma. Me tocó pedir ayuda, ya lo había hecho varias veces, pero había recaído", relató Guarín.


"Me tocó rendirme y entregarme a mi ser superior, a unos profesionales con los que estoy trabajando y poder remediar muchas cosas que no estuvieron bien hechas. Recuperar la confianza tanto mía, como la de mis hijos, la de mis familiares. Proyectarme y aceptar fue lo principal. No podía solo y me dejé ayudar. Estoy en ese proceso. Con toda seguridad lo puedo decir: este es el definitivo. Ya le toqué la puerta al diablo y no es lo mejor", añadió.

En ese sentido, aseguró que sintió miedo: "La verdad que en ese camino oscuro en el que estuve, estuve cerca de la muerte porque no tuve respeto, no tuve límites, no tuve valor y me fui dejando llevar cada día más a ese hueco. Toqué las puertas del infierno. Ya sé lo que es eso y no quiero volver nunca más en mi vida. No es muy chévere esa oscuridad y esa intranquilidad con la que vivía. No medía los riesgos alcoholizado. Fueron momentos muy dolorosos. La cárcel era lo que estaba viviendo".

El otrora mediocampista es padre de tres hijos. La relación con ellos se dañó debido a su alcoholismo. Hoy está tratando de recomponer esos vínculos.

"Con mis hijos estamos en ese proceso. Estoy en el proceso de recuperar a mis tres hijos. Están en su espacio. Yo respeto mucho también las decisiones que de alguna u otra forma hayan tomado. A mis hijos los amo y estuve pagando por un tiempo. Ya sé cuál no es el camino y que el camino es Dios que me fortalece cada día y una vida sobria, sana, para poderles dar todo limpio y un amor infinito que tengo con mis hijos", comentó.


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