Durante semanas se habló de la posibilidad de que los Kansas City Chiefs lograran un inédito tricampeonato. Una hazaña que no había alcanzado nadie en la historia de la NFL, y nadie se había acercado más que ellos a conseguirlo.
Pero los Philadelphia Eagles tuvieron otros planes. Fueron superiores de principio a fin y le propinaron a los Chiefs una paliza que no estaba en los papeles de ningún experto.
Un golpe tremendo a los que eran los vigentes bicampeones.
Fue 40-22 en el Super Bowl LIX disputado en Nueva Orleans.
Una de las claves de la noche fue el trabajo defensivo que plantearon las "Águilas". A partir de una intensa presión maniataron al quarterback de los Chiefs, Patrick Mahomes.
No le dieron tiempo para maniobrar y consiguieron tapar a todos los receptores. Lo capturaron hasta en seis oportunidades, además de forzar dos intercepciones, una de las cuales terminó en touchdown en el otro costado.
Philadelphia pegó primero con un touchdown en el primer cuarto y no miró para atrás. En el segundo periodo los "Birds" no sacaron el pie del acelerador y ampliaron la ventaja para irse al mediotiempo 24-0, rompiendo los pronósticos previos que esperaban un duelo apretado.
En la segunda mitad no hubo reacción de Kansas City. Los liderados por Mahomes nunca pudieron romper el entramado defensivo de los Eagles y la diferencia se estiró a un 34-6 al terminar el tercer periodo.
En el último cuarto Philadelphia cuidó el balón y la explosión tardía de los Chiefs en ataque solo sirvió para maquillar el resultado final.
El mariscal de campo de los Eagles, Jalen Hurts, protagonizó una jornada sublime para ser elegido MVP. Tuvo dos pases de anotación, un touchdown, apenas empañado por una intercepción que quedará en el olvido.
"No lo podría haber hecho sin mis compañeros. El esfuerzo, la determinación que mostraron todos para llegar a este punto", declaró Hurts tras el partido.
Por el lado de Mahomes, vio negada la oportunidad de sumar el cuarto anillo de su carrera. A sus 29 años, aún mira de lejos los siete que ostenta la leyenda Tom Brady.
Para los Eagles, en tanto, es el segundo trofeo Vince Lombardi de su historia. Su único campeonato había sido en 2018, cuando derrotaron justamente a los New England Patriots de Brady y Bill Belickick.
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