El finlandés Emil Ruusuvuori llegó a ser 37 del mundo en 2023 y parecía ser uno de los nuevos nombres que iba a pelear por los primeros puestos del ATP Tour. Sin embargo, todo eso quedó en espera.
El tenista finés estuvo largos meses fuera de acción y no por lesiones. Ruusuvuori decidió contar su historia en una carta que la misma ATP publicó, en la que acusó fuertes problemas de salud mental y dio un brutal testimonio que llama a la reflexión.
"El año pasado estuve cuatro meses y medio sin tocar una raqueta. Pero no fue por la razón que se esperaria. Fue por mi salud mental. Cuando estaba mal, empezaba a olvidar cosas. Mi cuerpo estaba en un lugar, pero mi mente en otra. Pasaba de algo tan simple como casi olvidar mis raquetas a sufrir ataques de pánico. Supe que estaba yendo demasiado lejos en Roland Garros, porque lo que pasaba en mi cabeza en los torneos empezó a afectar a mi vida fuera de la cancha. No podía dormir bien, hasta el punto de que empecé a tener pesadillas. Me despertaba sudando, con el corazón palpitándome y sin poder respirar. Me hacía pensar que me estaba volviendo loco. Me levantaba por la mañana e iba a entrenar, pero no estaba allí. Se convirtió en una cuestión de rutina", dijo en primer término.
El europeo continuó con su relato, pensando que ese hecho iba a ser esporádico, pero no fue así: "Me tomé unas semanas de descanso para ver si eso me ayudaba antes de la gira de pasto. En lugar de eso, tuve un ataque de pánico en la cancha. No recuerdo el partido, me dio mucho miedo, empecé a tener ataques de pánico fuera de la pista, incluso cuando conducía mi auto".
"Durante Wimbledon, tenía que salirme de la carretera, parar y salir del auto porque a veces sentía que me podía desmayar. No tenía control. De algún modo, llegué a la tercera ronda del torneo, pero durante la mitad de mi partido contra Giovanni Mpetshi Perricard, me desmayé mentalmente. Recuerdo que quería salir corriendo de la cancha. Era un lugar absurdo: estaba jugando en uno de los torneos en los que soñaba competir de niño y lo único que quería era estar en otro sitio o con otra persona. Pronto supe que algo tenía que cambiar. Ya era suficiente", contó.
El inicio del problema y el por qué dejó el tenis
Ruusuvuori confesó que todo inició en 2022 en el Masters 1.000 de Miami, cuando sintió un "verdadero" ataque de pánico, según sus palabras
"Hay una línea muy fina entre sentir nervios normales y algo más. Es normal estar nervioso ante un partido; puedes empezar a sudar, por ejemplo. Todo el mundo lo tiene diferente y eso viene con el deporte, o realmente con cualquier profesión. Pero esto era algo diferente", sentencia.
"Una mañana en Florida me desperté y sentí como si alguien me estuviera estrangulando. Era imposible respirar. Era como si alguien me pisara el pecho. Nos subimos al auto para ir al torneo y no podía hablar. Mi mente se volvía loca con un millón de pensamientos arremolinados. Cuando llegamos, estaba temblando. En ese momento, apenas pude contener las lágrimas el tiempo suficiente para decirle a mi entrenador que no me encontraba bien. Me sentía horrible y no sabía lo que estaba pasando. De algún modo, pude calmarme un poco, salí a jugar contra Maxime Cressy y gané el partido. Después hablé un poco de ello con mi equipo, pero no mucho. Un par de días después, llevé a Jannik Sinner a un tie-break en el tercero y nadie sabía lo que me pasaba", expresó.
"En Wimbledon 2024 intenté jugar, pero cuando me fui a la cama, empecé a tener la sensación de que había alguien más en la habitación. Había una especie de miedo, la sensación de que alguien estaba allí intentando hacerme daño. Vencí a Borna Coric en tres sets, pero el tenis no fue lo más difícil. En el punto de partido contra Borna, pensé si debía cometer una doble falta para salir de allí. Viajé a Montreal, pero me retiré alegando gripe estomacal, pero en realidad fue por mi mente. Decidí que ya era suficiente", afirmó el finlandés, que tras eso no tomó la raqueta en cuatro meses y medio.
En esos días, el finés confesó que "ya no sentía alegría por nada. No competía en la cancha y ahora luchaba por levantarme de la cama y, sinceramente, hasta me planteaba si quería vivir, lo que me daba mucho miedo. Peor aún era cómo esto afectaba a mis cercanos y lo preocupados que los tenía. No podía ir a una cancha de tenis, especialmente en Finlandia. No quería ver a gente relacionada con el tenis porque no podía responder a sus preguntas. Era una situación difícil".
Ruusuvuori relata que aún está luchando con los ataques de pánico y que quiere ser un ejemplo a seguir para muchos. Ya sabe manejar la situación y de hecho está tratando de volver al circuito poco a poco.
"Sigue sin ser fácil. El mes pasado fui a Corea del Sur y tuve uno de mis peores ataques de pánico. Me desperté por la mañana y el corazón me latía demasiado rápido. Antes del partido, estaba en la ducha y seguía sintiéndome muy rara. Mi corazón era como un auto que giraba a demasiadas revoluciones. Estaba sentado y mi ritmo cardiaco era de 100 RPM, y mi ritmo cardiaco normal en reposo es de unas 37 RPM. Eso no era muy bueno y empiezas a cuestionarte si merece la pena. La diferencia es que ahora puedo manejarlo", dice.
"Si mi historia ayuda, aunque solo sea a una persona, habrá merecido la pena. Mi principal esperanza es que la gente sepa que hay que cuidar la mente y cuidarse. Esa es la clave. Si no estás bien, no hay nada más importante que ayudarte a ti mismo. No lo guardes todo dentro de ti. No pasa nada por estar triste. Está bien tener un mal día. Pero recuerda siempre una cosa: los momentos difíciles no duran para siempre", cerró.