Trituradora de técnicos en la Primera B. Una verdadera locura en las bancas del ascenso. Más de la mitad de los equipos sacaron a su respectivo entrenador cuando recién acaba de terminar la primera rueda del torneo.
El fin de semana que pasó sentenció al último damnificado. Héctor Almandoz fue despedido de Curicó Unido. Se va dejando al cuadro tortero con 17 puntos y en la 11.a posición.
El argentino fue el cierre una semana del terror. Pocos días antes Hernán Peña fue cesado en Antofagasta y Damián Muñoz en San Luis. En total, 10 DTs dejaron su cargo al paso de la mitad del campeonato.
A los ya mencionados se suman
Miguel Ponce (Rangers), Luis Marcoleta (Santiago Morning), Ítalo Pinochet (Unión San Felipe), Felipe Núñez (Santa Cruz), Héctor Robles (Santiago Wanderers), Mario Salas (Temuco), y Braulio Leal (Magallanes).
Los únicos que se mantienen firme desde el arranque de temporada y han evitado la "podadora" son Germán Cavalieri (San Marcos de Arica), Hernán Caputto (Copiapó), Cristián Muñoz (Universidad de Concepción) César Bravo (Cobreloa), Manuel Suárez (Concepción) y Luis Landeros (Recoleta).
Almandoz fue precisamente uno de los técnicos que hace poco dejó el cargo. Tiene recorrido en el ascenso con pasos por elencos como Rangers, Copiapó y Cobreloa. Su visión sobre la ola de despidos es clara.
"Esta categoría ha demostrado ser muy competitiva, cualquiera le gana a cualquiera, eso lleva a que los equipos les cueste sostener rendimientos y resultados de forma constante. Los que logran hacerlo ganan 2 o 3 partidos seguidos se disparan y te sacan ventaja. Se entiende que los clubes y los hinchas quieren ver a su equipo siempre ganando y en los primeros lugares, pero a veces los procesos necesitan más tiempo", explica a Emol.
"El tema principal es que todos los equipos se preparan para ascender y la exigencia de los clubes está siendo cada vez más grande y a la vez se corta por el que se tiene que cortar, que es el entrenador. Se entiende que bajo circunstancias adversas seamos nosotros, los entrenadores quienes debemos dar un paso al costado para que los procesos puedan levantarse, así sea de lo anímico", agrega.
Finalmente, indica que "nosotros debemos tomar estos desafíos con seguridad y tranquilidad. Sabemos que hay proyectos, que a veces se aguantan y sostienen y en otras ocasiones no. Yo estoy tranquilo por el trabajo hecho y por lo que hay en el grupo, es un plantel que pocos tienen. Es un proyecto que debe tener un club como Curicó, apostar a los jóvenes para sostener la economía del club y de eso se trata el respetar el proyecto".
Otro histórico DT de la división, con ascensos en su espalda, Víctor Rivero, también tiene su postura. "Lamentablemente todo está quedando supeditado al resultado del fin de semana y no se cree en los procesos. Las convicciones al trabajo confiado a un cuerpo técnico se pierden por la presión; muchas veces estas decisiones se toman en caliente y los dirigentes pensando como hinchas", apunta.
Luego hace una interesante reflexión. "En la B se conforman planteles todos los años y que un equipo logre funcionamiento requiere tiempo de trabajo y que se conozcan. Los cambios de cuerpo técnico no garantizan resultados".
Otra mirada
El presidente del Colegio de Entrenadores de Chile, Carlos Ramos, opinó sobre el "fenómeno" que azota al ascenso en este 2025.
"Es una situación bastante preocupante y que viene ocurriendo de menos a más, ha ido en aumento. Lo preocupante es que los clubes, la mayoría, no hay detrás de sus proyectos algo firme o serio. No se espera un proceso, en rendimiento, la inmediatez nos está matando. Eso demuestra las capacidades de las dirigencias de cada club", manifestó a Emol.
Y fue muy claro: "Lograr triunfos de un día para otro es complejo, le puede ocurrir a uno o dos que tengan la suerte, pero cuando no hay un sustento, un trabajo serio, inversiones en divisiones menores, se ve todo con preocupación. Los planteles son cada vez más débiles, el nivel del campeonato baja cada año y eso es preocupante".
Ramos también levantó una alerta por, según él, el poco respeto que se le está teniendo a los entrenadores.
"Preocupa el lugar en que se coloca al entrenador, cuál es su status y la confianza que le dan los dirigentes. Cada técnico tiene que hacerse respetar, aunque entendemos que a veces hay miedo de quedar sin trabajo o en listas negras porque los dirigentes se pasan datos. Los técnicos se deben hacer respetar como corresponde", señaló.
"Ojalá que con la misma premura que despiden, los clubes también paguen los finiquitos como corresponde. Una cosa es despedir y otra es responder el contrato firmado, a veces tensionan y hay presión indebida", lanzó.