"Marca un antes y un después en la historia del canotaje chileno. Es un logro inmenso y no es suerte, no es coincidencia: es el fruto de un proceso exigente y lleno de coraje".
Así la Federación de Canotaje describió lo que hizo Sebastián Alveal en el Mundial Junior la semana pasada. El joven kayakista de 18 años fue cuarto en la prueba K1 500 metros y, además, fue séptimo en los 1000 metros. Resultados inéditos para un deportista nacional a esa edad.
Alveal está conforme, pero no obnubilado. Le quedó una "espinita" como él dice.
"Había pistas más protegidas del viento que otras y si te tocaba la mala pista sonaste. En el 1000, que era mi prueba fuerte, lamentablemente me tocó la pista siete, que era una en las que más pegaba el viento y me dejó un mal sabor de boca. Tuve que retomar con todo el 500, que estaban un poquito más igualadas las condiciones, y me quedé ahí de la medalla de bronce. Estuve a nueve centésimas. Pero bien. Estoy contento. Sé que he sido el primer chileno que ha hecho algo así, espero no ser el último. Me motiva a seguir para la próxima", le comenta a Emol.
El deportista es de Nueva Imperial. Nacido y criado ahí. Cuenta que su papá, buscando que gastara energía, siempre lo llevó a hacer deporte. Pasó por el fútbol, el básquetbol, también el boxeo.
Cuando tenía 12 años, se metió a un taller de canotaje en el colegio. Se enganchó rápido.
"Empecé ahí en el taller, como pasatiempo de un rato nomás. Después me lo tomé mucho más en serio, cuando fui a mi primera competencia nacional. Llevaba remando uno o dos meses y quedé tercero. Me gustó la sensación de estar en el podio. Seguí entrenando hasta que lo gané", declara.
"Seba" menciona que la sensación en el agua es única, que se puede desconectar de todo remando, le da tranquilidad.
Está muy agradecido con su familia, especialmente con su mamá.
"Mi familia siempre ha estado presente. Desde que me metí a esto me han ayudado. No tengo palabras para agradecerles. Había días que yo no quería ir a entrenar, porque como es un deporte al aire libre en el invierno no es muy agradable que digamos, por el frío, no me gustaba. Mi mamá me decía 'anda, tienes que ir'. Siempre estuvo ahí. Mi familia es lo más importante que tengo", relata.
El joven atleta acumula diez medallas de oro a nivel sudamericano y cinco en panamericanos. Con frecuencia debe dejar su casa en Nueva Imperial para instalarse en Curauma, en la Región de Valparaíso, donde entrena la selección nacional.
Alveal dice ser una persona sencilla. Le gusta salir a caminar para bajar el estrés y escuchar música. Reguetón, bachata o rock. En su cuello lleva una cadena con un crucifijo y en la mochila un rosario. Es muy creyente.
En el mundo del deporte tiene dos grandes ídolos. El futbolista Cristiano Ronaldo y el peleador de MMA Ilia Topuria.
"De Cristiano me gusta su personalidad, su actitud, cómo es de disciplinado. Hace todo bien cuadrado. De Topuria la seguridad en sí mismo. Cómo dice las cosas antes de hacerlas y después las hace", asevera.
"En el canotaje admiro a un kayakista argentino que se llama Agustín Vernice que es el mejor de Latinoamérica, quedó cuarto en los Juegos Olímpicos. Lo conozco. Este año tuve la posibilidad de compartir con él, es una persona muy humilde y sabe mucho. Hicimos un entrenamiento. Se notaba mucho la diferencia de nivel. Conversamos de la vida, yo le pregunté cosas como cuándo fue su campeonato más importante. Siempre tiró la buena. A él aspiro a alcanzar", declara.
Pablo Hoffmann, head coach de la selección chilena, es argentino y conoce bien a Vernice. Ve algunas similitudes con Alveal.
"En él veo algunas cosas bastante parecidas en cuanto a la determinación para competir. Compite sin achicarse con un rival grande, eso lo vi en Agustín cuando era cadete. Veo algo bastante parecido", apunta.
"Sebastián todavía es juvenil, le falta trabajo y desarrollo, pero puede evolucionar bastante. Creo que está para estar entre los mejores del mundo", añade el trasandino.
El imperialino salió de cuarto medio el 2024. Le gusta la carrera de odontología, también la de ciencias del deporte, pero este año decidió no entrar a estudiar para preparar los Juegos Panamericanos Junior de Paraguay, evento en el que aspira a sacar la mayor cantidad de medallas posibles.
"Hay varias personas que dicen 'no está aprovechando su juventud' o 'cómo entrena tanto'. Pero yo creo que cuando uno tiene una meta y quiere cumplir algo, es ambicioso, no te importa sacrificar cosas. Yo estoy disfrutando a cada momento. Me gusta lo que hago, me gusta salir a remar, me gusta hacer pesas. Estoy haciendo lo que me gusta y si me gusta a mí eso es lo importante", manifiesta.
Su gran sueño es ser campeón del mundo. En su mente también están los Juegos Olímpicos. Pero, por ahora, disfruta del presente.