Nicola Pietrangeli es una leyenda del tenis italiano. Ganador tres veces de Roland Garros (dos en singles y uno en dobles), ex número 3 del mundo y campeón de 53 títulos, el ex jugador fue uno de los más importantes del siglo pasado, cuando este deporte era aún amateur.
Pietrangeli, además, fue bronce en los JJ.OO. de México 1968 y su legado en la Copa Davis es histórico: Es el jugador que más veces ganó en la competencia con un registro de 78-32 en singles y 42-12 en dobles.
Fue campeón de la Davis pero solo como capitán, en 1976, ante Chile. Además, uno de sus títulos de Roland Garros se lo ganó a Luis Ayala, un histórico nacional.
Hoy, cercano a cumplir los 92 años, el italiano vive un triste momento y así lo relató en una entrevista.
"Así es la vida: dolorosa y aburrida. La cabeza se me va un poco. Puedo recordar bien las cosas que hice hace 50 años, pero no las que hice antes de ayer. Cualquier día, ya no me funcionará más", partió contando en Supertennis.
Pietrangeli está postrado por fuertes dolores en la parte baja de la columna. "Me deben estar castigando porque he hecho algo malo en mi vida. Los días son largos, muy largos, y por desgracia, siempre un poco dolorosos. Menos mal que duermo, que eso me ayuda", dice.
"Quisiera un día sin dolor. Este dolor que sufro me impide moverme. Lo han probado todo. Mis amigos me llaman para jugar a las cartas, pero necesito descansar. Aunque me paso todo el día en la cama, no tengo un día de reposo por este dolor. Como decía mi hijo: 'He ganado al cáncer, pero no a la vejez'", cuenta.
Las palabras de Pietrangeli son tristes: "Estoy cansado. Cansado de estar cansado. No sé qué será de mí en dos semanas. No cambiará nada. Soy como un gusano. Veo la tele, veo Netflix, y aunque solo toque el control, estorbo".
Para peor, hace un mes falleció su hijo Giorgio, con 59 años, mientras él estaba internado.
"Habrá quien se tire al suelo y se desespere. Yo no soy uno de ellos. Lo veo como si estuviese aquí. Lo recuerdo sufrir. Estaba enfermo. No se levantaba de la cama. Sufría muchísimo", cerró Pietrangeli.
